Capítulo 30: Primer Día, Primer Descubrimiento.

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Me levanté muy temprano, me bañé yo sola y me dirigí a la habitación de Iron. Me encargue de llenar la bañera. Busque la ropa que usaría. Cuando el reloj marco las 7:30, fuí a despertarlo.

-Su Alteza -me acerqué a su frente y le deje un beso-, es hora de despertar.

Lo sacudí un poco e Iron abrió los ojos, se froto los ojos y casi se cae de la cama, pero lo atrape.

-Vamos al baño.

Lo cargue y lo lleve al baño, le quite la ropa, lo metí en la bañera y el suspiro de alegría. Ya no tenía moretones en su cuerpo y era un alivio. Lo bañé con delicadeza.

Tenía la piel muy suave. Después de bañarlo, lo vestí con hermosas pero cómodas prendas. Le aplique perfume y una crema en la cara.

-¿Qué haremos hoy? -pregunto mientras yo movía sus mejillas.

-Primero desayunar, tu tomarás tus clases mientras me encargo de los registros y el presupuesto.

-¿Y luego?

-Haremos actividades sociales -jale una de sus regordetas mejillas.

-¿Puedo jugar con Mirie? -sus ojos se iluminaron.

-Claro y ven -agarre su mano-, vamos a desayunar.

Salimos de la habitación pero de repente Iron se detuvo, estaba pálido. Se quedó quieto y empezó a temblar.

-¿Su Alteza, que sucede?

Levanté la cabeza y me encontré a Sair, quien también estaba saliendo de su habitación. Al ver Iron sus ojos rubíes se iluminaron.

-¡Alejate! -grito Iron-, ¡Él es malo Lady Nivea! -dijo mas pálido-¡Mató a mil hombres!

-¿Su Alteza?

Estaba preocupada por su actitud. Sair intento acercarse pero Iron empezó a llorar, como un ataque de pánico. Sair se alejo, asustado, pero nervioso.

Tome a Iron y lo cargue, le tome el rostro con una mano y lo hice mirarme fijamente. Sus ojos se dilataron.

-Por favor mírame -le dije intentando calmar su respiración-, estoy aquí con usted, Su Majestad no le hará nada.

Iron se relajo, poco a poco, escondió su cabeza en mi cuello.

-Quiero irme, no quiero verlo -suplico.

Mire a Sair y me dio lastima su expresión, se quedó quieto, pero sus ojos mostraban dolor.

-Bien, vámonos.

Repose mi mano en su cabeza y me aleje del pasillo. Iron estaba llorando, pero su respiración estaba normal al menos. Me encontré el mayordomo, quien al vernos su expresión se torno triste.

-Su Alteza no come en el comedor, le da miedo porque...

-Él va estar ahí -termino Iron apretando mi hombro.

-Haa, desayunara en un jardín.

-Como ordene, mi Lady.

Salí rapido del pasillo con Iron. Salimos a otro de los jardines, donde Lucrecia nos esperaba. Al ver Iron, frunció el ceño.

"Yo también estoy así".

Senté Iron y Lucrecia le sirvió. Él jugueteo con la comida y nos vio todavía con sus ojos llenos de lágrimas.

-¿No van a comer conmigo?

-No podemos -le dije.

Iron se limpio las lágrimas e hizo un puchero.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora