Capítulo 58: La Llegada Del Oriente.

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Estaba muy alterada, necesitaba hablar con mi papá. El frío del balcón era un poco relajante.

Aunque sentí una presencia a mi lado y un suspiro.

-¡...!

-Nivea.

"¡Ay Dios mío me llegó mi hora! ¡El diablo!".

La figura no tenía más ropa que sus pantalones y era alta.

"Vino el diablo por mi alma. Perdón Dios por entrar en una novela. Lamento en mi otra vida dormirme en plena misa. Perdón por no leer la biblia porque no entendía nada. Perdón por decir viva el diablo mientras oraba, era jugando".

-¿Te asustaste? ¡...!

Cerré los ojos y me caí al suelo. Me llevé las manos al pecho.

-De verdad llévame pero no me toques el cuerpo, ¿si? Soy virgen lo juro.

-Pff... Jajaja.

La figura se cubrió la boca y comenzó a reírse. Y reconocí esa risa.

-Espera, ¿qué carajos, Sair?

Me levanté y abrí la boca. ¡¿Cómo llegó?!

-¡Son las dos de la madrugada! -dije alterada pero con la voz baja para no despertar a Iron.

-Mira quién lo dice -dijo burlesco.

-Al menos no llego y aparezco como un fantasma... ¿Además, cómo llegaste?

Me giré y miré el balcón y entre cerré los ojos.

No...

-Salté desde mi balcón a éste.

-¡¿Estás loco?! -salté desesperada-. La distancia es considerable y podías haberte caído.

-No, no es la primera vez que hago eso -se encogió de hombros tranquilo.

-¡¿Qué te pasa?!

Me alteré, ¿cómo lo decía tan tranquilo? ¿Acaso piensa que su vida es un juego o es él hombre plastilina?

-Sair -me acerqué y lo enfrente-. Eso es peligroso, te puedes hacer mucho daño...

Me dí cuenta que tenía mis palmas tocando con fuerza su abdomen y él no tenía camisa.

Cerré los ojos con vergüenza. Era como tocar una pared suave.

"Aaayy, que rico".

Tomé aire y quise alejarme rápido, pero Sair me agarró de la cintura y me atrajo a su cuerpo.

"¡No hagas eso, no tienes camisa!".

Sentí mi cara arde cuando agarró mi mano y besó mi palma.

-Nivea, desde niño he sido muy travieso y saltar entre balcones no es nada complicado. Además te vi afligida.

Se me encogió el corazón y me pegué a él. Podía escuchar su corazón.

-Tengo miedo de que ocurra una desgracia...

Solté parte de mi miedo. Aunque en la novela no ocurre nada sino después, está vez yo el personaje que debía morir está vivo y está enamorada del protagonista y el protagonista de mí.

Sucesos que no ocurrieron tuvieron lugar. ¿Y si pasaba algo malo?

-Querida -besó mi cabeza y me abrazó con fuerza-. Los errores del pasado no se pueden repetir y yo mismo me encargaré de que nada malo pase... Confía en mí.

Miré a Sair con lágrimas en los ojos, con él me sentía tan segura y siento que él no permitirá nada malo.

-No sabes cuánto te amo -le besé con suavidad los labios.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora