Capítulo 26: Otro Límite.

167 26 0
                                    

Toda la fiesta de té fue hablando de Sair, yo me quedé en silencio. Estaba incómoda no por eso, sino porque tenían ya una niñera.

"No me agrada nada".

La fiesta termino y la Marquesa nos despidió eufórica.

-¡De verdad me encantó la reunión de hoy, no vemos en otra!

-¡Con gusto! -dije entrando al carruaje y Dudboa se despidió de ella.

Dudboa entró y se sentó a mi frente. Estábamos solas y una sonrisa de gato apareció en mi.

-Oye Dudboa, ¿por qué no mencionaste a mi hermano?

Dudboa tuvo un leve enrojecimiento, giro la cabeza hacia la ventana, pensativa.

-Es qué Lord Tristan y yo nunca fuimos amantes -bajo la cabeza, decaída-. Nuestra relación se hizo muy cercana después que te fuiste, incluso mis sentimientos por él crecieron, pero -levanto la vista-, sucedió la desgracia y todos tuvimos que sacrificar más nuestro tiempo y dime con la frontera cerrada. Constantemente teníamos que viajar.

Sabía eso, en estos años todos tuvieron que estar día y noche al tanto, mientras que los nobles se alzaban.

-Pero, ¿mi hermano te dejo de tratar?

-No -una sonrisa apareció en su rostro-, me da un poco de pena, pero siempre me escribe una carta y una vez al mes salimos.

"A, veo que estos dos no pierden el momento".

-Veo...¿No se han besado? -dije curiosa.

-No...pero -Dudboa saco algo de su pecho y era un collar azul con verde en forma de corazón-. El me regaló esto.

Y se lo quito y me lo entrego. El collar era un diamante azul mezclado con una esmeralda y tenía un diminutivo grabado: Te quiero mucho, Dudboa.

Pero me di cuenta que no decía eso. Levanté la piedra hasta que una luz del sol golpeó y vi lo que realmente decía: De verdad quisiera que tú y yo fueramos está piedra, juntos por que se aman. Como yo a tí.

Abrí la boca y solté un gritó de admiradora. Se confesó, y de una manera original. Dudboa me miro confundida por mi actitud.

-¿Por qué estás así?

-¡Porque se confesó! -dije mostrando el collar.

-¡¿Se confesó?! Ahí solo dice que me quiere.

Imaginé darle una bofetada, no se sabía del mensaje. La llamé con la mano, ella vino y se sentó a mi lado. Y leyó el mensaje. Sus ojos se iluminaron.

-¡Con razón! -exclamo.

-¡¿Con razón qué?!

-Él me pregunto sobre el mensaje y le dije: yo también te quiero, y lo abracé y Tristan estaba triste y bueno yo también...

-¡Tienes que corregir el error! -la tomé de los hombros y la sacudí-. ¡Y no digas que es tarde...!

-¡Obvio no! -también me tomó de los hombros y me sacudió-. ¡Ahora mismo voy hablar con él!

-¡Eso! ¡Dile que lo amas!

-¡Con todo el corazón!

Y así por todo el viaje nos animamos. De verdad quería este shipp, aunque me lo hubiera perdido. Al llegar a mi mansión. Dudboa y yo nos fuimos corriendo.

-¡Lucrecia! -la llamé y está vino corriendo con Mirie.

-¡Oh, Mirie! ¡Aah!

Mirie corrió como un diablo y saltó hacia mí, estaba más grande y eso hizo que me resbalará. Tropecé con Dudboa y casi caí.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora