Capítulo 60: Pinturas.

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Mientras mi padre y el Duque discutían, los niños e Iron se emocionaron. Estaban saltando y gritando.

¿Por qué lo hacían?

Giré lentamente porque sentí los pasos del hombre que amaba. Sair estaba sonriente y nos saludó, pero de repente.

—¡Aaah!

Me aferré al cuello de Sair cuando me levantó de golpe, vino tan rápido que no lo noté.

—¡Espera, espera! —dije más alterada porque empezó a correr.

—No se preocupe, Su Gracia.

Dijo alejándose a mi papá de donde estaba sentada. Dió zancadas y llegó hasta donde los niños. Quienes rápidamente nos rodearon en un círculo.

—¡Vean a mi papá, el Emperador y mi niñera mamá, la futura Emperatriz!

Gritó Iron y nos señaló como si fuéramos algo espectacular.

—Parecen de cuento —dijo un niño con las mejillas rojas.

—Se deben de besar —dijo una niña con varias flores en las manos.

"¿Qué cosas dirá Iron a los niños?".

—¡Beso, beso, beso, beso, beso!

Gritaron todos agitados. Sentí como Sair me movió como una muñeca y colocó su mano detrás de mi nuca.

—¿Quieren ver un beso?

Preguntó pícaro, y todos los niños asintieron enérgicos.

—Es mejor uno pe... ¡Uuum!

Me tragué mis palabras, porque los labios de Sair fueron los culpables. Suspiré por la pasión, pero no fué largo.

Nos separamos y todos los niños tenían la boca abierta y sus ojos ni se diga.

Pero Iron, mi bebé... ¡Pícaro como su papá!

Tenía una enorme sonrisa y nos veía con felicidad y... ¿orgullo?

—Bueno, niños, necesito que esperen un momento, porque necesito hablar algo con mi hijo, ¿entendido?

—Si, Su Majestad.

—Iron, sube a mi espalda.

—Enseguida.

Como un mono, Iron subió y se aferró a él. Me despedí de los niños con pena.

"¿Cómo permití... Nooo, perdóname papá".

Mi papá nos miró con el ceño fruncido, obvio lo miró todo. Lucrecia me levantó el pulgar.

—¡Así se hace, eres un orgullo, Su Majestad! —le gritó eufórico el Duque Drieck.

—Te amo, papá —dije mientras estaba más lejos.

"Ay, que vergüenza...".

Sair nos llevó a una habitación que no estaba muy lejos y nos bajó. Tenía una enorme sonrisa. Inclinó la cabeza y miró divertido a Iron.

—Anoche ocurrió un evento muy increíble y que cambiará nuestras vidas.

Sair me extendió la mano y me acercó a él, tomó mi mano y mostró el anillo.

—Iron, es oficial que Nivea es mi novia, y como decida el tiempo, mi esposa.

—¿Significa que voy a tener hermanos? —preguntó Iron con brillo en sus ojos.

—Claro, pero no por ahora...

—¡Siii, sii, sii! —Iron saltó por toda la habitación—. ¡Por fin, por fin. Los amo!

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora