Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.

Capítulo 61: Una Agradable Noche.

En la mesa, los Ministros y los invitados de Oriente estaban conmigo.

—En pocas palabras, queremos fortalecer y crear relaciones comerciales directo con las Isla Divina.

Asentí y tomé nota. La Isla Divina era un lugar turístico debido a la fé. Se podía sentir toda la divinidad de los Serafines en su máximo esplendor.

Crear una ruta turística con Oriente generaría muchos ingresos y la creencia hacia los Serafines se elevaría.

Este asunto se debía tratar directo conmigo, era la encargada de los asuntos económicos de la Isla.

"Solo debo pagar impuestos".

—Agradezco que pidieran tratar este asunto directo conmigo, podemos tratar incluso por cartas.

Dije mientras seguía anotando el borrador de lo que haría.

—Claro —habló el ministro de Oriente—, es muy bien conocida su familia y usted. Además creo que hubiera sido una completa falta de respeto dejarla afuera.

Le dí una sonrisa y miré a uno de los secretarios de papá, él asintió y comenzó a escribir.

Seguimos hablando y se mencionó cada condición. Y el secretario de mi padre creo el contrato.

Tomé la pluma y firmé, ellos también lo hicieron y nos dimos las manos.

—Pronto hablaré yo misma con Su Majestad.

Dije enrollando el contrato y se lo dí al secretario.

—Hablando de eso, le queríamos dar este detalle.

Me sorprendí un momento y vi la caja que fué colocada en mi frente. La caja era de madera con inscripciones de flores.

—Puede abrirlo.

Tomé la caja y al abrirla, había un brazalete el cual tenía letras del idioma Oriental.

—Es para protegerla de la magia del muerto.

—¿Magia del muerto?

Hice una mueca, porque nunca he escuchado de esa magia, ni en la novela ni en Serhap.

—Es una magia muy antigua, todos sus brujos se llamaban condenados. Ellos usaban sangre para hacer rituales de poder en invocar a las mascotas de los demonios y consumir energía de la víctima hasta matarla.

Sentí un escalofrío.

—¿Ya no existen? —pregunté.

—Quedan alrededor del mundo cinco.

—¿Están tan lejos? —sentí un temor extraño—. ¿No sé pueden identificar?

—No mi Lady, por eso son tan peligrosos, su maná está muerto, así que ni un profeta o Sacerdote los puede reconocer.

Miré al secretario y ambos teníamos cierto miedo.

"¿Y si había alguien cerca de ese tipo?".

—No tema, el brazalete bloquea el mayor daño posible, su vida está asegurada.

—Gracias de verdad por tener este inmenso detalle a mi persona.

Les dí una enorme sonrisa, porque no cualquiera haría esto.

—Hay personas que deben ser protegidas... Aisi leo deicen leos deos.

Las últimas palabras fueron dichas en otro idioma y me generaron una inmensa curiosidad.

Todos salieron de la sala y me quedé con Jeremy. Me levanté y me dirigí a la puerta.