Capítulo 20: Premonición.

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Beatrice soltó un gemido de felicidad, recibía una carta de Nivea tres días después del nacimiento de su hijo.

—¡Bah! —lloro el pequeño Iron.

Beatrice corrió a la cuna, viendo como su hijo se volvía rojo por el llanto.

—Ya mi niño, mami está aquí.

Beatrice quiso cargarlo, pero se dio cuenta que tenía ambas manos ocupadas.

—¡Baah! —gritó más fuerte.

Beatrice se colocó nerviosa y el oso cayó adentro de la cuna. Preocupada, lo tomó pero al levantarlo el llanto de Iron cesó.

"¿Lo calmo el peluche?".

Beatrice alejo el peluche e Iron rompió a llorar, lo coloco otra vez en su rostro y se calmo.

"Creo que encontré lo adecuado para mantener a Iron dormido".

Con cuidado, dejo el oso de peluche al lado de Iron, quien prácticamente se quedó dormido. Y así salió de la habitación, dejando Agara al cuidado. Fue a su habitación, se sentó y abrió la carta.

[Para Su Alteza.

¿Cómo se encuentra usted e Iron después del parto?

Yo espero que bien y que su salud igual.

Vengo a pedir disculpas por no haber estado o estar justo ahora. Sé que lo prometí, pero ya nació, nació su precioso bebé.

Le envío el peluche como muestra de mi afecto a Iron, porque ese osito fue creado al mayor detalle y espero que a él le guste.

También le vengo a decir una triste noticia: no volveré por un tiempo. No sé cuánto será, pero creo que dentro unos seis años como mínimo.

Las razones es que quiero aprender y convivir más con mi tía. Y también el Imperio es agradable.

Mis padres y allegados recibieron mis cartas explicando mi razón.

Lamento no poder estar con usted y tener la dicha de cargar al Príncipe. Pero eso es por ahora.

No le digo que me esperé porque el destino tiene muchos caminos, pero que si siga teniendo un lindo recuerdo.

Estoy feliz por tí, Beatrice, estoy feliz que tienes a tu hijo y un buen matrimonio. Disfruta las bendiciones que te está dando la vida.

Att: Nivea Ivor]

Unas lágrimas cayeron mojando la hoja. Beatrice se las limpio y dobló la carta, la guardó en su manga y salio a la terraza. Se apoyó en la reja y miro el impactante escenario del Imperio.

—Se feliz allá...Nivea.

***

4 largos años después.

En el Imperio Serhap, pasaron las estaciones, con ellas los nacimientos, muertes y florecimiento de la naturaleza misma. Los jóvenes crecieron y los animales maduraron. Las campanas de bodas sonaron.

Dentro del Palacio Angelical, el pequeño Iron corría con su osito de peluche. Ya medía más de un metro, pero seguía pequeño. Su cabello platinado era mas largo y junto con el la alegría.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora