Capitulo 45: Lealtad y Carácter.

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—¡¿Quién te creés tú?! —alzó la voz con potencia.

—¿Quién soy? Ja —solté sarcástica—. Yo soy Nivea Ivor, querida Magda, soy la Niñera Imperial y futura heredera de las Islas Divinas. ¿Quién eres tú para escribir artículos de mí?

—¡Ja! Eres tú la descarada, que viene a mi casa a insinuar cosas. Y me te atreves a enfrentarme. ¿Qué sabes de mi? Mentirosa

Miré a Magda, sabía todo de ella. Leí su vida en aquella novela, donde conocí sus pensamientos, su pasado, sus futuros ayudantes y todo lo que hizo. La conozco como la palma de mi mano y no voy a permitir que ella sea la Emperatriz, la derribare.

—Tu mamá se escapo con un amante, murió por su vida desenfrenada, por el consumo de cosas ilícitas.

Magda se mordió los labios hasta el punto que se los rompió.

—Tu padre, a pesar de estar en crisis económica, hace lo posible por ti. Malagradecida.

—¡Desgraciada!

Magda quizo darme una bofetada. Pero tomé su muñeca, la apreté y con fuerza la jale hacia abajo y parte del cuerpo de Magda.

—No vuelvas a intentar ponerme una mano encima. Ahora —dije fríamente—, vas a ir a la editorial y crea otro artículo, o si no el Señor Jacobo la va a pasar muy mal y la editorial «Pequeño Mundo».

Los ojos de Magda temblaron. La solté y caminé hasta quedar al lado de Jeyda. Magda salió corriendo escaleras arriba.

La miré fijamente hasta que se perdió en el segundo piso. Jale el brazo de Jeyda.

—Es hora de irnos, tenemos que regresar al Palacio Angelical.

Salimos en silencio y caminamos con calma, subí de nuevo mi capucha.

Sé que mis palabras fueron cruel, pero no podía permitir que Magda quisiera volar.

Sabía quién era el Señor Jacobo, alguien de ayuda para Magda, al final de la novela él le fué bien. Sin embargo ahora está con ella, pero no voy a permitir que caiga.

—Maestra.

—Si.

—Eso fué asombroso, nunca imaginé verla con tanto carácter. Pero ¿acaso investigo a Magda?

Quedé un momento pensando la excusa perfecta.

"No puedo decir que leí una novela".

—Sencillamente había estudiado hace aproximadamente diez años todas las editoriales para un trabajo a favor de la difunta Princesa Beatrice. Y Magda no me quiere.

—Se nota el odio... Pero no imaginé que recordará tan bien.

"Querido Jeyda, mi memoria no es tan buena, pero soy una reencarnada".

—Te puedo seguir contando, pero lleguemos al Palacio Angelical caminando, ¿te parece?

Me gire a su dirección. Jeyda asintió y seguimos juntos el camino.

***

Magda salió corriendo, su corazón se agitaba por la desesperación. ¡Estaba perdida!

La palabras de Nivea fueron dagas, porque conocía todo sobre ella.

"¡Me investigó, la perra me investigó! Si no hago algo, mi reputación va a caer!".

Magda cayó en el charco de agua sucia, pero se volvió a levantar. Corrió, más se detuvo fríamente. Tragó saliva al ver la bandera del Ducado Ivor alzada. Y sacando de los brazos al Señor Jacobo.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora