Sonreí y me fui con Sair al interior del Palacio Angelical. Tenía a Iron quien solo podía quejarse del dolor.
—Ya, ya el médico está esperando —lo consoló Sair.
Iron asintio levemente. Caminamos rápido hasta llegar a la habitación de Iron. Los sirvientes abrieron rápido las puertas y me quitaron Iron de los brazos para llevarlo a la cama.
El médico rápidamente le quitó la ropa para comprobar su cuerpo.
Sair se quedó a mi lado, mirando con irá los moretones y rasguños de Iron. El médico lo coloco de espalda y vi hematomas por ambos lados.
"Son unos miserables al herirlo así".
Apreté mis manos hasta que las uñas se clavaron en mi palma. Me quedé quieta mientras Iron seguía tratado por el médico.
—¡Su Majestad! ¡Vuelva rápido al salón, las personas estan discutiendo!
Vino a nosotros un joven de cabello verde oscuro, estaba agitado y a la vez nervioso.
—¡Su Majestad, las cosas están...!
—Mi hijo está herido —lo corto brutalmente—, ante todo soy papá antes que Emperador.
—¡Pero...! ¡¿Espera, el Príncipe está herido?!
El joven palideció en un instante y su tez oscureció.
—Su Alteza fue herido —dijo molesto—. Quédese aquí que yo me encargo de lo demás.
Sair aprobó y el joven se fue corriendo. Luego Sair entró a la habitación, me quedé quieta al lado de la puerta.
Sair giro un poco la cabeza y me miro arqueando las cejas.
—¿No vas entrar? Fuiste la que lo salvo...
No lo deje terminar y entre cerrando la puerta y me acerqué a la cama. Mi respiración se agito, otra vez al ver como Iron se seguía quejando.
—Su Alteza... resista un poco más —le tomé la mano y me arrodillé cerca de la cama.
Iron me miro, sus ojos estaban apagados y temblaba del dolor.
—Lady Nivea...no lloré.
¿Um? Me sorprendí al sentir la mano de Iron en mi mejilla, y su dedo en el borde de mi ojo.
Llevé mi mano a la suya y la tomé para luego besarla, sentí las lágrimas bajar por la punta de mi nariz.
—No lloré —me pidió otra vez—. No lloré... usted no tiene la culpa...
—Su Alteza —no aparté mis labios de su mano—, no debería de haber sufrido...
Iron intento abrazarme, pero el médico lo recostó de nuevo.
—Su Alteza, primero déjeme curarlo y Lady Nivea —me miro—, puede sentarse lejos del Príncipe, tengo que curarlo.
Asentí y me alejé de la cama, todavía preocupada. Unas sirvientas me tomaron del brazo y me sentaron. Sair si se acercó a la cama y colocó su mano en su cabeza, una energía blanca lleno poco a poco el cuerpo de Iron, su rostro se llenó de alivio.
Ese era el poder de los Serafines.
—Es suficiente Majestad —dijo el médico—, el Príncipe Iron sigue siendo muy pequeño para recibir mucho maná, pero eso le alivio el dolor. Ahora solo esperar que los moretones se quiten.
Sair asintió y dejo de hacer que el maná fluyera, luego se acercó a Iron y le beso la cabeza. Tomo las sábanas y lo cubrió.
—Descansa mientras me ocupo de los temas pendientes.
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Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.
Fantasy-¡Señorita! ¡No lo haga! En mi novela web favorita, siempre muere mi personaje favorito "Lady Nivea", una joven que sufre acoso por el hermanastro de su padre. Ella siempre lo rechazaba; pero un día...¡El abusa de ella! Odiando se ella misma, se sui...