Mientras seguimos jugando, tocaron la puerta. Le sople el rostro de Iron para calmar su risa y peiné su cabello.
—Adelante —dije abrazando a Iron.
La puerta se abrió y entro Dudboa acompañada por dos damas. Todas llevaban maletas.
—¡Buenos días Su Excelencia! —las damas inclinaron sus cabezas—. ¡Buenos días Su Alteza!
—Hola —Iron las saludó—, hola Lady Dudboa, ¿cómo ha estado?
Dudboa sonrió con dulzura y sus ojos brillaron.
—Muy bien Su Alteza —se acercó a nosotros—. Parecen una obra de arte.
—Tu también eres bella —dijo Iron.
—Gracias Su Alteza —le sonrió—. Puede ir a donde mis dos ayudantes —las señaló.
Iron asintió y se bajó y caminó a donde ellas.
Me levanté y Dudboa me abrazó con fuerza. Me dió suaves caricias en la espalda.
—No he podido visitarte bien después del juicio, mi papá tuvo que lidiar con varios conflictos... Pero me alegro que ambos sigan en buenas condiciones. Solo pensar en que te hubiera lastimado...
Su respiración se agitó un momento y suspiro mientras me apretaba más.
—Nivea, te quiero mucho y... Y te ayudaré.
Nos agarramos de las manos y nos miramos. Tenía el rabillo de sus ojos un poco rojizos. Le limpié con el pulgar una lágrima que amenazaba con salir.
—No llores porque vas a vestir para el evento al Príncipe Heredero.
—Y a tí —soltó una risa—, Su Majestad está siendo atendido por mi papá. Así que yo —dijo con un tono más grave y bajando un poco—. Voy a vestir a dos miembros de la Familia Imperial.
También bajé y me sacudí.
—Vas a ser una gran diseñadora, seguro los invitados pedirán a gritos tus diseños.
—Jejeje, gracias. Ahora vamos a cambiarte —Dudboa bajó la vista y Mirie estaba entre sus piernas—. Ay, está lindura también va a recibir un traje.
Mirie asintió y se quedó sentada. Dudboa me llevó a un vestidor y me quitó el vestido.
Agarró mi cabello y lo hizo un moño, pero se detuvo.
—Creo que Su Majestad está muy emocionado —su voz mostró diversión—. Tristán es peor.
Una sonrisa malévola se asomó en mi rostro. Y miré a Dudboa.
—Uyyy, entre chispa y chispa se hace fuego —levanté las cejas.
Las orejas de Dudboa se volvieron rojas. Agitó la mano y salió un momento.
Regresó con un frasco que contenía una crema blanca. Dudboa agarró un poquito y lo aplicó donde tenía las marcas.
—Es una crema para ocultar esto, porque imagínate si mi mamá llega a verme con eso —Dudboa sonrió—. Saca a Tristán por los cabellos.
—No sabía que mi hermano era tan lujurioso —me cubrí la boca.
—No vengas, porque si Su Gracia viera esto, te aseguro que la boda se adelanta.
"Son cositas".
Negué y ella terminó de aplicar la crema y recogió mejor mi cabello. Salí del vestidor y las damas de Dudboa le entregaron una cinta métrica.
Dudboa me midió y mientras decía las medidas, ellas anotaban.
Luego hicieron lo mismo con Iron y Dudboa tomando las medidas, sonrió.
ESTÁS LEYENDO
Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.
Fantasía-¡Señorita! ¡No lo haga! En mi novela web favorita, siempre muere mi personaje favorito "Lady Nivea", una joven que sufre acoso por el hermanastro de su padre. Ella siempre lo rechazaba; pero un día...¡El abusa de ella! Odiando se ella misma, se sui...