Gelsey arrugó el entrecejo con nerviosismo e incredulidad. Elaine volvió a hablar diciendo:
―Si quiero evitar la lluvia, debo conocer el clima... Alzar la vista al cielo no es nada complicado. ―dijo paseando la mirada por la cocina. Gelsey se percató de la esencia en sus palabras, y con asombro, decidió guardar silencio y ver lo que se venía―: Eso decía tu abuelo. Yo sé que tú eres un etéreo, y por lo que escucho... ¿Eres tú el que se vive colando en la biblioteca para tomar los libros privados del señor Caleb prestados, no?
Esperó pacientemente, pero el chico no respondía, estaba petrificado del susto.
―No soy bibliotecaria para darte sanciones por asaltar las estanterías prohibidas ―vaciló con sarcasmo―... pero si sé cuáles no están en su lugar. Y déjame decirte algo, no estoy aquí para asustarte y hacerte pensar que te voy a delatar. Al contrario, estoy aquí para aconsejarte que te lo tomes más en serio y con más cuidado. Escuchaste a tu abuela ¿no? Roger Kains fue capaz de asesinar a alguien de su propia sangre... ―lanzó una mirada rápida a la puerta. Después continuó bajando aún más la voz―: Fue capaz de asesinar a su propio hermano, porque sin duda, era mejor líder que él y por eso su padre lo escogió por encima del orden de nacimiento.
―Me das repelús... ―expresó finalmente, asustado.
Ella torció los labios en una sonrisa burlona, y bajando la mirada trazó un camino con el dedo índice sobre la mesa:
―Escúchame bien. En la misma biblioteca, en el segundo piso en dirección contraria a la zona prohibida... ―indicó― el área del escritorio alquímico. Sí, esa que pertenece al sabio... está en el pasillo en Y, y te diriges al final...
El corazón de Jonathan estaba tan acelerado que sintió el sudor frío y menos resbaladizo, viscoso.
―Hay una serie de libros repartida en todo ese lugar, todos tienen diferentes colores, y cada uno de ellos están hechizados. El nombre del autor es Padbom, con la saga de los duendes. Estos libros son llaves. Introdúcelo en el segundo cajón del escritorio, lado izquierdo, y bajo tus pies verás una trampilla mostrarse. Ábrela y bajarás a la verdadera sala del Sabio. Ahí podrás aprender todo lo que quieras y... tomando en cuenta que todo este tiempo has sido tú el que ha estado usando los hechizos de los libros comunes, te advierto que no lo vuelvas a hacer nunca. Los libros de magia en la biblioteca están mal codificados a propósito por seguridad. Y es por eso que, lo que hayas estado intentado, no funciona. Yo necesito que sepas esto: Los libros del Sabio son llamativos, porqué son reales... y del mismo modo, muy peligrosos. No los tomes a la ligera, por favor. Si te llegas a matar en ese lugar, te vas a pudrir ahí y nadie te encontrará.
Jonathan, ahora encima de asustado, estaba sorprendido. Era la primera que escuchaba de tales cosas. Estaba pálido, y Gelsey no se quedaba atrás.
―Te lo estoy diciendo por dos razones: primero, si continúas de ese modo imprudente... a ese paso, te descubrirán ―advirtió Elaine con tono suave―. Así como yo pude notarlo, alguien más también puede hacerlo, alguien como Roger. Y creo que he sido bastante clara al decir que es alguien a quien no le gusta recibir ordenes, aún menos de un mocoso que hace trucos de magia. Tómalo en serio, o puedes terminar muriendo con algún hechizo mal hecho, o Roger lo hará atravesándote el cuello con un cuchillo más filoso que ese ―señaló el cuchillo de carne―. No bromeo Jon... Segundo, tengo planes y no te puedo seguir cuidando. No fue fácil escupirlo... tengo todo el día aquí sólo por eso.
― ¡Elaine! ―chilló Gelsey, severamente― ¿Tú? Oh, alas blancas. Sabía que había algo extraño contigo.
La pobre mujer, temblando, sintió que se iba a desmayar.
ESTÁS LEYENDO
Alma castigada - Hilos del destino
Mystery / ThrillerChastised soul sigue los pasos de una mujer extremadamente hermosa, capaz, e incluso mortal; pero pese a sus sólidas capacidades intenta huir de su pasado, sí, huir... Quienes la conocían veían algo que poseer, algo que desear. Ella, por su lado, só...