Capítulo 17

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Ibreth 03D, 8612


Randal sonrió complacido cuando la mujer cerró los ojos. Y tan pronto como lo hizo le tocó la mejilla con el dedo indice suavemente.

Munet hizo una mueca, aún con los ojos cerrados. Aquel sujeto tenía un extraño olor, como a frutas. Olía como... a piña, dulce y cítrico.

<< ¿Qué está haciendo? >> se preguntó sí misma.

Sintió un fuerte hormigueo en el rostro, y soltando un gemido se apartó de Randal. Abrió los ojos y se encontró con que el  hombre estaba hecho un desastre. Chillaba adolorido, tenía las manos en el rostro y se inclinó tanto hacia el suelo que casi lo tocaba con la frente.

― ¡Randal, Randal! ―se alteró Liam dejando su lugar, con el ceño fruncido y la respiración entrecortada. Se llevó la mano al pecho y aspiraba el aire con dolor.

― ¡Estoy bien, Liam! Estoy bien... ―logró decir, rugiendo, aún sin levantar la cabeza.

<< Tiene que ser un chiste. ¿Esta bruja conoce mi don, selló su mente y la de Jerom? No... No hay forma. Pero tampoco es una coincidencia. Bastardos... Hay una barrera en ellos que no puedo atravesar, no puede ser posible. ¡No es posible! >> Pensó Randal furioso.

―Ustedes dos... ¡Digan la verdad, ¿hay algún hechizo entre ustedes?!

―Fior. ―ordenó Garo sin moverse ni apartar la mirada.

―Respondan... ―mandó ella, alzando las cejas y sonriendo como si los creyera tontos. Su don, aquella magia extraña siseaba entorno a Munet y Jerom―, es necesario para asegurar que esto pueda acabar en buenos términos.

―No he hecho ningún hechizo. La última vez que recurrí a la magia... fue porque me quité el anillo que de Lasttime. Me lo quité en el submarino y no... Lo perdí. Y fue accidental, un poco, durante el viaje hasta aquí cuando nos atacó un monstruo. ―respondió Munet, frunciendo el ceño― Tenía miedo, fue involuntario. Odio el mar...

―No conozco ningún encantamiento, hechizo o maleficio que no sea de defensa o batalla. Como tampoco me sé más de tres tal y como lo dicta la ley ―contestó Jerom justo después―. No tengo nada que ver.

 Ciertamente, ningún Asclepense, tenía la capacidad de hacer magia por sí mismo en consecuencia de la magni mortis; en cambio, nacen con dones. Habilidades natas. En lugar de que la magia tenga lugar en sus cuerpos, manipulan la que hay en el mundo. El Éter. Algo muy raro, muy especial.

Según los Asclepenses, era una bendición y su vez un caso fatal. Tener control sobre el éter, ¿no se trataría de un poder ilimitado? Enseñan control sobre los dones a sus habitantes, bajo la promesa y seguridad de aprender tres artes en la magia. Y los juramentos en esa ciudad son inquebrantables, hechos con magia, mortales.

Los guardianes que se habían puesto de pie volvieron a sentarse y no les quitaron los ojos de encima. Sólo Randal Terios permaneció en la parte inferior del amplio estrado, en el centro de la sala junto a los acusados.

Al cabo de un rato, después de superar el dolor que lo asaltó, Randal se incorporó con el ceño fruncido y se sacudió la ropa a pesar de que aquel lugar era impecable.

―Para mi sorpresa, es una princesa.

Jerom frunció el ceño.

―Aunque... bastarda. Años más tarde la asesina a sueldo de un señor feudal, el Conde que está involucrado con el saqueo a uno de los obeliscos. Estuvo oculta bajo el cargo de guardián, de niñera ―relató―... Fue ella la que asesinó a Claws ―se escuchó como algunos guardianes se agitaron en sus asientos, interesados, o sorprendidos. Randal miró a Jerom y le dedicó una mirada recriminadora― Luego, una dama de compañía en los mercados de la noche, una artista nocturna en un cabaret... famoso ―luego miró a Munet de arriba a bajo, con desdén. Resopló, y le dijo―: ¿Cómo es que se pudo pervertir tu vida de esta manera, muchacha? Puede que no sea mucho lo que desees en para ser feliz de una buena vez, pero déjame decirte que has luchado por las razones equivocadas. Y la mayor prueba de ello es esta, mira donde estás. El trato que has soportado... toda tu vida. ¿No crees que ya es demasiado? Me haces creer que te gusta ser miserable.

Alma castigada - Hilos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora