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• Campos •

Realmente me arrepentí de no haberle preguntado a Emilio sobre el transporte para regresar a la uni, mientras salía del estadio después de la practica y miraba alrededor del estacionamiento casi vacío.

Fui una idiota.

No tenia idea de donde ni como regresar al lugar donde vivía. Los departamentos estaban del otro lado. Estaría caminando mucho tiempo sin rumbo, lo cual supongo que es mi culpa. Es solo que tengo mejores cosas que hacer.

El estacionamiento estaba vacio, no había nadie, incluida aquella persona con la cámara antes, y solo había uno que otro carro estacionado. Sin embargo, reconocí rápido un auto deportivo. Sabiendo que esa era mi mejor opción para llegar a cualquier parte, camine hacia el auto y espere a que Emilio viniera.

Recé para que alguien mas saliera del estadio antes que el para no tener que interactuar con Emilio nuevamente, pero obviamente que eso no sucedió.

-No -dijo, fue lo primero que salió de su boca mientras caminaba hacia la puerta del conductor. Estaba con la misma ropa con la que entreno, excepto que su chaqueta de mezclilla estaba en su brazo ya que el calor de la practica era suficiente para mantenerlo abrigado.

-Ni siquiera sabes lo que te iba a decir -dije, me opuse.

Emilio pareció pensar en ello por un momento, casi como si estuviera tratando de descubrir que podría otra cosa podría querer si no fuera lo que el pensaba que iba a decir.

-No -dijo nuevamente y abrió la puerta de su carro.

Tal vez fue su sonrisa arrogante, o su gran ego, o la forma en que siempre esta inquieto, pero estar con el me hizo arder en llamas.

Una vez que se dio cuenta de que obviamente no iba a aceptar un no por respuesta, suspiro profundamente y se volvió hacia mi-. ¿Qué quieres? -pregunto Emilio, con la misma cantidad de fuego en sus ojos que los míos-. Si crees que soy chofer estas equivocada.

-Solo quiero direcciones -dije. Admití, manteniéndome firme frente a el. El peso de mi bolso sobre mi hombro se hacia cada vez mas pesado a cada segundo y sabia que caminar hasta mi dormitorio me iba a matar, y ni siquiera estaba segura de estar siendo demasiado dramática con eso-. Solo dime donde están los departamentos y te dejare en paz. Lo prometo.

Me miro de arriba abajo-. ¿Estas pensando en caminar sola? Son mas de las nueve y esta oscuro.

-No tengo muchas opciones -dije. Le recuerdo-. ¿Por qué suenas como si te importara?

-No me importa -dijo rápidamente.

No pensé que fuera posible deducir lo que alguien había dicha tan rápido, pero ahí estaba y estaba claro que estaba mintiendo. Cuando dijo eso, movió la cabeza rápido y desvío la mirada. Y casi tan rápido como lo hizo, me estaba mirando de nuevo, probablemente para ver si lo pille en la mentira.

Y obvio que lo hice.

-Esta bien, ya que no me dirás a donde ir, empezare a caminar y esperare lo mejor -dije y comencé a caminar.

-Espera -Emilio dijo al mismo tiempo que alguien mas dijo-. Puedo llevarte.

Miré y vi a Jonathan caminando hacia nosotros. Tenia su cabello negro y mojado pegado a su frente. Estaba sin uniforme y vestía una sencilla camiseta blanca y jeans.

Teoría del JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora