Teoría del Juego

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-¡Hola mi niña! -dijo mi abuela a través del teléfono.

-¡Ey! – yo respondí-. ¿Qué pasa? ¿Algo nuevo por ahí?

-Bueno -empezó a decir. Escuché una ráfaga de viento a través del receptor y supuse que estaba afuera, probablemente atendiendo su jardín-. De hecho, por eso es por lo que te llamo. Anoche tuve un visitante extraño, un joven apuesto que preguntaba por ti.

Probablemente la habría regañado por abrir la puerta a extraños por la noche, pero estaba demasiado abrumada por lo que dijo después como para disciplinarla. Los latidos de mi corazón se aceleraron y mis manos comenzaron a temblar. La abuela no necesitaba darme el nombre de aquel visitante porque solo conocía a alguien que estaba lo suficientemente loco como para hacer todo lo posible para encontrarme.

-¿Cas? ¿Estas bien, mi niña?

-¡Si! Si, estoy bien -logre decir mientras comenzaba a buscar en mi armario ropa para usar durante el día, pero mis manos no parecían funcionar bien. Mi cabeza no parecía comunicarse con mis dedos mientras recogia la blusa-. ¿Qué... que le dijiste? ¿Te dio su nombre?

-Si, lo hizo. Oh, ¿Cómo era? Braydan, Brenton... no, Bradley creo...

-¿Fue Brandon?

-¡Si! ¡Brandon era su nombre! Oh, parecía un cachorro perdido cuando le dije que te habías ido a Monterrey. ¿Por qué no le dijiste que te ibas?

Por qué había salido de su manipulación y vi lo imbécil que era en realidad, pensé.
¿Por qué Brandon iría a casa de mi abuela? ¿Y por qué estaría buscándome ahora? Habían pasado casi dos semanas desde que me fui, entonces, ¿Qué paso para que se diera cuenta de que ya no estaba a su lado?

-Yo solo... yo... -busque que decir-. ¿Dijo porque me estaba buscando?

-No -afirmo simplemente-. Pero parecía ansioso por encontrarte.

Decidí simplemente cambiar el tema de la plática. La abuela no necesitaba saber quien eta Brandon en mi vida y eso quedaría así. Charlamos sobre lo que habitualmente hablábamos, su jardín y el molesto perro de al lado y le dije cuanto la extrañaba.

Cuando alguien llamo a mi puerta, finalmente tuve que decirle a la abuela que tenia que irme.

-Claro, querida. Pero realmente creo que deberías comunicarte con ese tipo Brandon -recordó.

-Esta bien abuela -como si eso fuera a pasar, pensé.

-¡Oh! Y que mañana tengas un maravilloso primer partido.

-Lo hare. Adiós, te amo.

-Adiós mi niña. Yo también te amo.

Colgué el teléfono y caminé por el suelo de madera hasta la puerta justo cuando oí el golpe. Tuve que parpadear un par de veces una vez que abrí la puerta para hacerme creer quien estaba realmente parado allí.

Llevaba una sencilla camisa blanca, jeans azules claro y converse. Su cabello no estaba peinado como de costumbre, sino que sobresalía en todas direcciones como si hubiera estado pasando sus dedos por el toda la mañana. También tenia una laptop bajo el brazo junto con una libreta y una mochila al hombro.

-¿Qué estas haciendo aquí? -pregunte mientras rápidamente intentaba pasar mis dedos por mi cabello para hacerlo un poco presentable.

Emilio había dejado bastante claro el sábado pasado que se mantendría alejado de mi, así que estaba bastante confundida sobre por que estaba en mi puerta tan temprano en la mañana.