Capitulo 21

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Llevábamos aproximadamente una hora en el aire cuando Kai me empezó a explicar sobre los lugares que estábamos viendo. Me contó que el bosque tiene su propio espíritu, y cómo las sombras permiten a Dion obtener más poder, fortaleciendo su fuerza a medida que aumenta el miedo.

—Ya casi llegamos —anunció Kai.

Al mirar hacia abajo, vi una enorme cascada. Nos adentramos en ella y, usando su poder, Kai creó un paso seco para nosotros. Al atravesarla, vi la aldea: cabañas dispersas hechas a simple vista de materiales naturales, y dragones dominando el agua con habilidad. Kai aterrizó suavemente frente a la cabaña más grande.

—Bueno, Michell, esta es mi casa —dijo Kai. La cabaña tenía un estilo tropical encantador. Me ayudó a bajar y luego me miró con una expresión preocupada.

—Michell, eres mi novia falsa, así que mi familia puede ser un poco intensa a veces.

—Tranquilo, cualquier cosa, estamos juntos. Además, ¿qué podría salir mal? —respondí con una sonrisa para tranquilizarlo.

Kai tocó la puerta y, al abrirla, nos recibió una mujer de cabello negro, piel canela y ojos cafés. Era más baja que Kai.

—Michell, ella es mi madre, Ariana. Madre, ella es Michell, mi novia —presentó Kai.

El hecho que me llamara novia suena super extraño.

Ariana me recibió con una cálida sonrisa y un abrazo.

—Un gusto conocerte al fin —dijo Ariana mientras me abrazaba.

—El gusto es mío —respondí, devolviendo el abrazo.

—Kai, te he extrañado muchísimo —dijo Ariana, abrazando a su hijo.

—Yo también, madre. ¿Dónde está papá? —preguntó Kai.

—Toda la familia está ocupada con los preparativos para la boda. Es esta noche —explicó Ariana—Lía está arriba, algo ansiosa. Si quieren, pueden subir a verla. Yo tengo que ir a revisar algunas cosas.

Ariana le dio un beso en la mejilla a Kai y luego a mí antes de despedirse.

—Bueno, bienvenida a mi hogar. Aquí nací. Voy a presentarte a mi hermana —dijo Kai, tomando mi mano. El contacto era extraño pero reconfortante. Subimos unas escaleras y entramos en una cabaña decorada de manera tropical.

Al llegar a la puerta, Kai tocó y se escuchó un grito de emoción. Una chica con ojos azules salió corriendo y se lanzó al cuello de Kai.

—¡Mi hermanito volvió! —exclamó Lía, abrazándolo con alegría.

—No podía perderme tu boda —dijo Kai, devolviendo el abrazo. Lía secó las lágrimas de emoción y luego desvió su mirada hacia mí. Yo le sonreí. Lía y Kai solo compartían los ojos; físicamente, ella se parecía mucho a Ariana y llevaba un hermoso vestido verde.

—Lía, ella es Michell, mi novia —dijo Kai.

Lía me extendió la mano y yo la recibí con una sonrisa.

—Un gusto conocerte, Michell —dijo Lía.

—Igualmente. Felicidades por tu boda —respondí.

—Gracias. Mi madre preparó la habitación de invitados para ustedes —dijo Lía—. ¿No hay problema si duermes en la misma habitación con Kai?

—No, para nada —contestó Kai, aunque parecía un poco incómodo.

—Oye, Kai, ve a dar una vuelta. Quiero conocer mejor a mi cuñada —dijo Lía con una sonrisa.

—Lía, por favor —protestó Kai, pero Lía ya se dirigía a su habitación.

—No te preocupes, Kai. Además, yo también quiero conocerla —dije, sorprendiendo a Kai con mi respuesta.

—Estaré abajo —dijo Kai antes de bajar las escaleras.

—Bueno, Michell, ¿cómo conocieron ustedes? —preguntó Lía.

—En un entrenamiento —respondí, evitando entrar en detalles.

—Michell, seré directa contigo. Estoy feliz por mi hermano, pero quiero saber si realmente darías tu vida por él. Tú estás todo el tiempo con él y yo no —dijo Lía con seriedad.

—Kai me ha ayudado mucho. No dudes que daría mi vida por él —respondí sinceramente.

—Gracias. ¿Podrías ayudarme a prepararme para la boda? Mis mejores amigas no podrán venir, y me vendría bien una mano extra —dijo Lía.

—Claro, estaré encantada de ayudarte —acepté.

Pasamos veinte minutos en su habitación, que tenía un aire tropical que me hizo sentir como en la playa. Entre risas, encontramos el peinado perfecto para Lía.

—Michell, estoy tan nerviosa —dijo Lía mientras ajustaba su vestido.

—Relájate, Lía. Todo saldrá bien —la tranquilicé.

—Gracias. Ahora vamos a comer, ya que tengo una tarde ocupada por delante —dijo Lía.

Salimos de la habitación riendo sobre los desastres del maquillaje. Kai nos esperaba en el sofá.

—Veo que ya se hicieron amigas —dijo Kai.

—Algo así —respondí.

—Michell, tengo que dejarte por ahora. Volveré más tarde para que me ayudes —dijo Kai.

—Sí, claro. No te preocupes, Lía está en buenas manos —respondí.

—¿Ayudarla en qué? —preguntó Kai.

—A prepararse para la boda —dije.

—Ah, claro. Bueno, nuestras cosas están en la habitación de invitados. ¿Estás cómoda con eso?

—Sí, estoy bien. Gracias —respondí mientras nos dirigíamos a la sala para almorzar con la tía de Kai.

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora