Capitulo 15

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—Señor, tenemos información.

—Habla, no me hagas perder el tiempo.

—La unigénita de la Reina de los Dragones está en el mundo mágico. Su nombre es Michell Anderson.

—Por fin apareció la chica. Mi-chell, qué curioso nombre. Ella es la chica de la profecía —dijo en tono de risa.

—Sí, señor, está en la Escuela de Dragones. ¿Qué quiere que hagamos?

—Nada, déjamela a mí. Quiero que entrene y aprenda para que sea una batalla justa, luego la asesinaré lentamente. Pero mientras tanto, vamos a torturarla desde lejos.

—Sí, señor. —la sombra se retiró de la sala, dejando solo al dragón oscuro Dion, cubierto de sombras, sentado en su trono.

Pronto estaremos cara a cara. La risa de Dion se escuchó en cada parte del palacio...

Narración Michell

No puedo creer que la biblioteca sea tan enorme, parece infinita.

—Michell, concéntrate. Agua de Lemuria para ver recuerdos, Agua de Niz para dormir, Agua de Flor de Loto para sanar heridas —dijo Kai. Estamos haciendo los trabajos de clase; me está ayudando a estudiar y literalmente me duele la cabeza.

—Kai, ya no puedo más, me duele la cabeza. Si tengo el poder de todos los dragones, ¿por qué el de sabiduría no me funciona? —me pasé las manos por la cara, frustrada.

—Mic, todo a su tiempo, un poder a la vez. Mientras tanto, a estudiar.

—¿Mic?

—Pues pensé que te podía llamar así. Si no quieres, tranquila.

—No es eso, es que "Mic" solo me lo dice mi mejor amiga, Ali. Es la única, pero si quieres ponerme un apodo, está bien.

—Michell, tú que eres buena, ¿qué apodo pondrías? —bromeó Kai, cruzándose de brazos.

Entonces pensé, Kai es agua.

—Chico Agua —dije. Él se rió.

—Muy obvio, ¿no, Chica Fuego?

—Claro que no, Chico Agua —nos reímos. No conozco completamente a Kai, pero siento una vibra muy bonita. Kai es bromista y divertido, creo que es un buen amigo.

—Chica Fuego, a estudiar.

—Claro, Chico Agua.—ironice 

Los trabajos nos tomaron como dos horas en la biblioteca, entre escribir, leer, las guerras... tenía que aprender de todo.

—Bueno, oficialmente terminamos. Ahora, si quieres, repasas historia.

—Gracias, Chico Agua.

—Chica Fuego, no hemos terminado. Voy a enseñarte combate y armas.

—Bueno, no tendré que matar a nadie, ¿verdad?

—Claro que no, pero en una batalla puede que tengas que hacerlo.

—Kai, nadie tiene derecho a decidir quién vive o quién muere.

—Lo sé, Michell, pero este mundo está hecho un caos. Solo el más fuerte sobrevive.

—Debe haber una segunda opción —dije. 

Mi madre, Camila, siempre me inculcó que cada vida es sagrada; por eso se convirtió en enfermera, para ayudar a salvar vidas.

—Michell, por ser buenos, la oscuridad se aprovechó de eso. A veces toca hacer cosas que no queremos para proteger a los que amamos.

—No me parece justo, Kai.

—Nada es justo en esta vida, Michell. Ahora vamos.

Me llevó a la sala donde guardan todas las armas, trajes, escudos... Sacó un estuche de puros cuchillos que brillaban de lo afilados que estaban.

—Los cuchillos son un arma práctica. No solo sirven para asesinar, sino también en ocasiones de supervivencia. Requieren cuidado en el filo. Toma, este es tuyo —me dio un cuchillo mediano con un mango rojo, brillante de lo afilado que estaba.

—Es tuyo, siempre tenlo contigo pase lo que pase. Te puede sacar de un problema. —Me enseñó a colocarlo dentro de mis zapatos, a mantenerlo escondido y a usarlo sin cortarme.

—Bueno, el cuchillo nunca debe estar fuera de tu vista.

—Bien.

—Eso es todo por hoy, Chica Fuego. Ve y descansa.

—Gracias por la lección, Chico Agua.

Me acompañó hasta mi habitación.

—Descansa, Chica Fuego —dijo, haciéndome reír al recordar.

—Descansa, Chico Agua —respondí, y salió de la habitación. Estoy agotada.

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora