Capitulo 25

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Apenas Kai escuchó "¡ataque de sombras!", se tensó completamente y tomó mi mano. Salimos directo al lugar de la fiesta. Nunca antes había visto una sombra: era una figura sin rostro, cubierta de negro, y todo lo que tocaba lo quemaba.

Lía y Brian estaban luchando contra una, y entonces Kai y yo empezamos a pelear. Mi fuego acabó rápidamente con varias sombras mientras Kai me cubría con su espada. De repente, todas las sombras se quedaron quietas y voltearon hacia mí. Comencé a lanzarles bolas de fuego, mientras Kai creaba tentáculos de agua para atacarlas.

El padre de Kai acabó con las sombras que estaban a nuestra izquierda. Ariana se escondió debajo de una mesa. Los invitados comenzaron a luchar al ver que las sombras se multiplicaban. Una sombra me lanzó un rayo y me quemó en el brazo.

—¡Mierda! —grité, tomando mi brazo. Kai, al verme, se angustió.

—¿Estás bien? —me preguntó, tomando mi brazo y creando una barrera de hielo para protegernos de más rayos.

—Sí, Kai, cúbreme. Voy a acabar con esto —dije mientras me levantaba y derribaba a varias sombras a mi paso.

—Oigan, vengan por mí —les grité.

 Todas las sombras se quedaron mirándome y empezaron a seguirme. Corrí hacia la orilla del mar, y Kai me miraba tenso. Antes de que las sombras pudieran tocarme, salté al agua. Con mi poder, creé una ola con puntas de hielo que cayó sobre ellas, haciendo que se evaporaran.

Kai salió corriendo hacia mí, empapado.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, tranquilo. Acabé rápido con ellas —respondí. En ese momento, el padre de Kai se acercó a mí.

—¿Cómo es posible que tengas el poder del agua si te vi usar fuego? —me preguntó John

Respiré profundo y le expliqué:

—Soy la futura reina de los dragones, la unigénita de Mérida. Pero mi identidad debe permanecer en secreto. Por favor, no se lo cuentes a nadie; los que conocen mi identidad corren peligro.

Una mirada cruzada entre John y Kai mostró lo sorprendido.

—No puedo creerlo, Michell. Pero tu identidad está a salvo conmigo —dijo John, asintiendo con la cabeza. En ese momento, llegaron los recién casados.

—Gracias, Michell, por salvarnos —dijo Lía, abrazándome fuerte.

—¿Pero no entiendo cómo lo hiciste? —preguntó Brian.

—Yo fui la carnada para atraerlas al agua. Kai hizo la ola —explicó.

—Bueno, ahora a limpiar el desastre. Quiero que refuercen la seguridad. Todos a sus hogares —ordenó John. Todos se retiraron, quedando solo Kai, su padre y yo.

—Michell, esas sombras van tras de ti. Eres Lena y, por lo tanto, las sombras, los Olios, irán tras de ti —dijo John, mirando a Kai.

—Esas sombras quieren llevarte hasta Dion —añadió Kai, cerrando los puños.

—Si quiere venir, que lo haga él mismo. No le tengo miedo a ese maldito —respondí.

—Bueno, los dejo. Vayan a la cabaña y descansen. Cuídense —dijo John antes de irse. Quedamos Kai y yo solos. Mi brazo me ardía.

—Kai, me duele el brazo.

—Vayamos a la cabaña, allí tengo unas vendas.

Llegamos a la cabaña en silencio. Estábamos solos, creo.

—Date una ducha, ve a la habitación de invitados y, por favor, no hagas ruido. Mis primos están dormidos —dijo Kai antes de irse a la cocina. Yo fui al baño, me quité la ropa y dejé que el agua cayera sobre mis hombros. Mi mente no dejaba de pensar en ese beso; Kai me confesó que está enamorado de mí.

Al salir, me puse una pijama: una camiseta y un pantalón largo. Con el cabello aún húmedo, escuche la puerta tocar.

—¿Puede entrar?

—Sí —respondí. Kai entró con una bandeja de fruta.

—Debes tener hambre ahora. Déjame curarte —dijo mientras buscaba entre unos cajones, sacaba una venda y me aplicaba una crema que, según él, ayudaba a sanar la quemadura. Mientras me vendaba, no podía dejar de mirarlo a los ojos. Sus labios me suplicaban que los besara.

Yo estaba enamorada de Kai, finalmente lo acepté. Él no es un chico común; ha estado conmigo todo este tiempo. Así que no pude aguantar más y uní mis labios con los suyos. Él se sorprendió, pero me lo respondió. Entonces tomó mi cintura y me acercó más a su cuerpo. Al terminar el beso, nos quedamos mirando.

—Te amo —fue lo único que pude decir. Su sonrisa se agrandó, y volvió a unir sus labios con los míos, esta vez con más deseo. Le quité la chaqueta y me junté a una pared.

—Michell, debemos parar porque si no, esto puede pasar a otro nivel —dijo, agitado. Y tenía razón. Entonces nos sentamos a comer la bandeja de fruta.

—Voy a dormir en el sofá —dijo Kai.

—No, ¿por qué? La cama es grande. Podemos dormir los dos si quieres.

—Bueno, espero que no ronques —me dijo, haciéndome reír.

—Bueno, me voy a dar una ducha. Ya vuelvo —dijo antes de regalarme un corto beso en los labios y salir de la habitación.

N.A:
Hola a tod@s espero que estéis  bien

Este capitulo se me hizo difícil de escribir,pero bueno

No se les olvide,para los que queráis tengo mi cuenta de Instagram en biografía para que vean las noticias de mi historia...

Gracias por leer de verdad lo apreció♡♡♡

Bueno que disfrutéis

Att:Bel

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora