Capitulo 18

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Al abrir los ojos, me encontraba en mi habitación, con Kai sosteniéndome la mano derecha. Sus ojos se alegraron al verme despierta.

—¿Qué pasó?—preguntó Kai, tocándome la cabeza suavemente. Me preguntaba por qué había aumentado mi confianza en él tan rápidamente.

—La directora te dio una poción para bloquear tu mente y evitar que Dion te torture. Es decir, ya no lo verás en tu cabeza—explicó Kai, ayudándome a sentarme en la cama. Cada músculo de mi cuerpo me dolía.

—Entonces, si ya no puede torturarme, ¿vendrá por mí de otra manera?—pregunté, preocupada por Camila y Ali.

—Tranquila, estarás a salvo. La directora reforzó la seguridad por si Dion intenta venir—dijo Kai, con firmeza.

—Eso no impedirá que venga. Siento su poder—respondí, angustiada.

—No dejaré que nada te pase. Si Dion quiere matarte, tendrá que hacerlo sobre mi cadáver, porque mientras yo respire, no dejaré que nadie te haga daño. Es una promesa—declaró Kai, con una determinación que me sorprendió.

—No puedo permitir que mueras por mi culpa, y por más que yo no valga nada—dije, forzando una sonrisa. Kai me obligó a mirarlo a los ojos. Sabía que mis palabras le dolían.

—Si vales mucho, Michell. No importa el poder que tengas, eres importante para mí—dijo Kai. Desvié la mirada. Aunque no conocía bien a Kai, sentía que me transmitía calma y confianza.

—Gracias, chico agua, por cuidarme—le agradecí, notando lo preciosa que era su sonrisa. Me sorprendía a mí misma fijándome en esos detalles.

—De nada, chica fuego. Ahora, estás lista para prepararte para ser la futura reina.

—Un paso a la vez,eso me dijo alguien —respondí sonriente 

—Entonces, ese chico debe ser un sabio—dijo Kai, sonriendo.

—No lo sé, tal vez—dije, mientras él se levantaba de mi cama.

—Te dejo descansar, chica fuego—dijo Kai, al cerrar la puerta detrás de él. Finalmente, mi cabeza parecía estar en su lugar. Me preguntaba qué me estaba pasando.

La idea de morir no me parecía nada agradable, y no sabía qué hacer con mis sentimientos. Mi cabeza daba vueltas, así que decidí llamar a Ali.

Llamada telefónica:

—Hola, Ali—dije, tratando de sonar tranquila.

—Hola, Michell. ¿Cómo estás en tu nuevo mundo?

—Si te lo contara, sería una locura, pero estoy bien.

—Mi mejor amiga está atrapada en un mundo de fantasía.

—Sí, y tengo miedo. Mi madre fue reina, y dicen que yo también lo seré. No sé nada de este mundo.

—Wow,amiga estas en un mundo de fantasía,tranquila, solo llevas días ahí. Relájate, un paso a la vez.

—Eso mismo me dijo Kai—comenté.

—Kai es inteligente, entonces es tu amigo, según me dijiste.

—Sí, además es mi protector. La directora me lo asignó. Nunca había tenido un protector antes.

—Ve el lado positivo. Kai es bonito, y quizás te pique el bicho del amor—bromeó Ali.

—Ali, no es mi amigo y apenas lo conozco.

—Bueno, conócelo, Michell. Tienes el género masculino a tu disposición.

—¿Y tú, cómo vas con Jacob?

—Vamos bien, creo, aunque no hemos hablado últimamente.

—No lo sabía. Habla con él.

—Eso intento, pero tengo que irme. Mi madre me llevará a cenar.

—Nos vemos, Ali. Te quiero.

—Yo también cuídate. 

Al finalizar la llamada, intenté comunicarme con mi madre  Camila, pero no respondió. Probablemente está en turno. Solo quería dejar de pensar y, acomodándome en la cama, el sueño finalmente me invadió.

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora