La Profecía De Dragones

Capitulo 31

Al salir de la oficina de la Directora, Kai y yo no habíamos dicho ni una palabra hasta que decidí romper el silencio, ya casi llegando a los dormitorios.

—Tranquila, chica fuego, todo va a estar bien.

—¿Cómo lo sabes?

—Soy un dragón y siento cosas igual que tú. Además, soy tu protector, es decir, soy muy sabio.

—Sí, claro, y yo soy tu misión.

—La mejor de todas —se rió.

—No lo sé... La directora y la profecía, todo a la vez, no sé si podré con todo.

—Relájate. La directora, en cierta parte, aprobó lo nuestro y, como siempre te digo, un paso a la vez.

—No necesitamos su aprobación. Lo único que quiero es ir a ver a Ali y a mi madre.

—Cálmate, primero hay que entrenar y luego veremos si podemos ir después del baile. ¿Estás de acuerdo? —dijo, tocando suavemente mi hombro.

—Sí, lo siento, es que estoy abrumada.

—Descuida, me tienes a mí. Solo descansa un poco.

—Gracias por ayudarme, Kai. No le vamos a decir nada a Eduard sobre su muerte, estaré preparada para ese momento.

—De acuerdo —asintió con la cabeza. Antes de entrar a la habitación, me dio un corto beso.

—No hay nadie a la vista —dijo, haciéndome reír.Kai se fue y, al entrar a la habitación, Roci y Eva están limpiando.—¿Cómo les fue en su viaje? —chilló Eva de la emoción.

—Pues bien.

—¿Bien? —insinuó Roci.

—¿A qué te refieres?

—No sé, ¿Kai y tú nada de nada? —insinuó Eva.

—¿Qué preguntas son esas?

—Oh, vamos... solo tengo curiosidad —dijo Eva, cruzando los brazos.

—No, no pasó nada... ¿bueno?

—¿Segura?

—¿Qué es lo que querían?

—Pues, ¿tú y Kai no se... pareja? —dijo Roci. Tan notorio era y yo no me había dado cuenta hasta el viaje (pero ellas no saben que Kai es mi protector y que en misiones no se pueden tener relaciones fuera de lo profesional). Mi cabeza me va a matar.

—Kai y yo solo somos amigos, ahora voy a desempacar.

—Lo que tú digas —insinuaron y siguieron en lo suyo.

Ya después de un rato, cayó la noche. Íbamos todos a salir a cenar, pero como siempre, le envié mensajes a Ali y a mi madre. Las extraño. Ya casi cumpliré un año fuera de mi hogar, y todo por una profecía. Pero vengaré a mi familia. Dion la va a pagar y detendré esas sombras.

—Michell, ven a sentarte —dijo Eduard.

Todos estaban reunidos en la mesa del comedor como siempre: Carlos discutiendo con Eduard por alguna tontería, Kai en medio de ambos, Eva y Roci entre sus peleas tontas se reían, y yo solo me quedé observando. Este tiempo me ha hecho crear nuevas amistades...

Espero que no termine mal.Eduard no puede morir y yo lucharé para evitarlo. Siento que a Carlos le pasa algo; está más callado de lo normal.

—¿Y ustedes dos, cómo les fue en su viaje? —preguntó Eduard.

—Bien, gracias por preguntar —respondí.

—Michell, ¿quién es tu madre? —preguntó Carlos, dejándome fuera de lugar. Él es un dragón de fuego igual que yo, ¿será que sospecha?

—¿Por qué tu interés? —respondí, Carlos me miró evaluando la situación.

—Porque estos meses te he observado y se nota que nunca habías usado tu poder. Si tienes dieciocho años, ya deberías dominarlos a la perfección. Además, el poder se desarrolla desde que nacemos y tú parece que apenas aprendiste a usarlo a los dieciocho. Lo más extraño es que no te había visto en ninguna tribu de fuego. Así que, Michell, ¿qué escondes?

Todo en la mesa quedó en completo silencio. Kai se tensó completamente, Eduard me miró fijo, Roci y Eva me observaban esperando una respuesta. Yo solo suspiré, miré a Kai y él solo negó con la cabeza.

—Sabes, Carlos...

—¿Por qué vienes a decir eso ahora, Carlos? ¿Por qué te importa tanto? —dijo Kai con los puños apretados.

—Kai, tú siempre la defiendes. ¿Qué oculta Michell y creo que tú también lo sabes?

—Bueno, cada quién con sus motivos o cosas importantes. Somos como una familia —dijo Eduard, calmando el ambiente.

—Sí, somos como una familia y nos apoyamos. Cada uno dirá lo suyo cuando crea que es el momento adecuado —dijo Roci.

Carlos solo suspiró y el resto siguió con lo suyo. Eduard me salvó, pero queda la pregunta: ¿Por qué Carlos preguntó eso? ¿Qué cambió?