Final

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Narración Kai

Mi corazón está destrozado, no puedo negarlo. Odio a Dion por arrebatarme a Michell, pero si ella ha decidido estar con él, lo respetaré.

La escuela está siendo atacada. Desde mi posición, veo a Michell con sus manos sobre Dion y un fuerte viento comienza a extenderse por el lugar. Todos nos quedamos sorprendidos al ver cómo las sombras intentan acercarse a Michell, pero el viento las mantiene a raya.

—¿Qué está pasando?— pregunto, confundido.

—Creo que la profecía se está cumpliendo— responde la directora, con preocupación en su voz.

—¿Eso qué significa?

La tierra empieza a temblar. Mi sorpresa aumenta al ver que los Dragones Olios comienzan a llegar, no para atacar, sino para observar, al igual que nosotros, a Michell y Dion.

Una sombra gigante crece mientras una luz intensa se extiende sobre ellos. La directora está en shock.

—¡Oh por los dragones! Lo que veo es casi imposible— murmura, sin poder apartar la vista.

Michell se transforma en un dragón rojo, mientras que Dion revela su forma natural de Olios, con escamas brillantes y oscuras. Sus miradas se cruzan, llenas de fuego y determinación. Ambos rugen de manera que hace temblar la tierra. Varios Olios bajan sus cabezas y inclinan sus alas en señal de respeto. El viento retumba en el firmamento.

—¡Inclínense ante los Reyes!

La directora y el resto se inclinan, imitando su movimiento. Mientras tanto, yo observo a Michell rugir y lanzar fuego desde su boca de dragón.

—¡Michell, lo lograste!

Una niebla cubre a ambos y, de repente, vuelven a su forma humana, tomados de la mano.

—¡Esta guerra ha terminado!— anuncia Dion, sonriéndole a Michell. Sin embargo, los celos se apoderan de mí, pero me esfuerzo por mantener la calma. Respetaré la decisión de Michell.

Narración Michell

Siento una mezcla de poder y renovación en este momento, pero sobre todo, una felicidad inmensa al ver que Dion está vivo.

Lo abrazo. Es la primera vez que lo hago y, aunque al principio él no sabe cómo reaccionar, finalmente responde envolviéndome en sus brazos.

—¡Te extrañé!— digo, sonriendo.

Él me mira directamente a los ojos. Una sonrisa se forma en su rostro, y es tan hermoso cuando sonríe sin el peso de la tristeza en sus alas.

—¡Eres un idiota! ¿Cómo pudiste dejarme sola?

—Pero estás viva. Eso es lo importante.

—Gracias a ti.

—Espero que escribas una canción sobre nuestra historia— dice Dion con un toque juguetón.

Esto es nuevo en él.

—¿Cómo sabes que compongo canciones?

—He estudiado a la chica que quería matar. Ahora me muero de ganas de aprender más sobre ti.

—No sé si asustarme o estar feliz.

—Creo que deberías sentirte feliz. Quiero experimentar esa emoción contigo.

—¿Por qué todo el mundo se inclinó ante nosotros?

—Porque ahora somos reyes. Bueno, perdón, corrijo: tú eres la Reina.

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora