Capítulo 35

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Al despertar, el dolor en mi estómago era agudo y punzante. Mis brazos estaban esposados a los costados y el suelo frío bajo mis piernas me hizo estremecer. Mi respiración es pesada, y la penumbra en el cuarto solo se veía interrumpida por una débil luz.

De repente, escuché pasos que se acercaban, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Miré hacia la dirección del sonido y vi a Dion frente a mí. Su presencia era intimidante, sus ojos fríos como el hielo, sin una pizca de emoción o sentimiento alguno.

—Por fin despiertas, Michell —dijo Dion, su voz era suave pero cargada de una frialdad que me hizo sentir un escalofrío.

—¿Qué es lo que quieres? —mi voz temblaba, intentando mantener un tono desafiante pero  me esta doliendo respirar.

—Por ahora, nada —respondió él con un desdén calculado—. Solo quería verte personalmente. Qué ingenua al sacrificarte por un amigo.

—Por lo menos yo tengo amigos —repliqué. Dion frunció el ceño, su rostro mostraba  irritación

—Escucha, Lena o Michell, como sea, me da igual. Quiero que sigas viva para que puedas ser testigo de cómo destruyo este mundo, y luego el terrenal.

—¿Por qué el mundo terrenal? —mi voz temblaba con desesperación.

—Porque allá tampoco merecen vivir, por lo que me hicieron.

—Sabes, Dion, parece que sabes todo sobre mí; pero yo no sé nada de ti —dije, con un tono de angustia evidente.

—¿Quieres saber mi historia? Me sorprendes —replicó él, su voz sin una pizca de calidez.

—Sé que no debemos seguir los pasos de nuestros padres, pero Dion, detén esta absurda guerra —dije con una sinceridad desgarradora.

Su risa resonó en la habitación.

—Mira, Michell, si quieres saber mi historia, yo mismo te la mostraré.

Se acercó lentamente, y su mano fría tomó la mía.

 En un instante, el entorno cambió y me encontré en un pueblo que parecía desvanecerse en la distancia. La gente alrededor se movía como sombras inertes, sin notar mi presencia. Escuché las voces de niños discutiendo.

—Eres un pobre huérfano —gritó un niño rubio a otro con el cabello negro. El niño de cabello negro tenía una expresión de dolor profundo.

El niño rubio empujó al otro, y los ojos del niño de cabello negro se tornaron completamente oscuros. Un fuego negro emergió de sus manos, quemando al niño rubio. La escena era aterradora, pero la tristeza en el rostro de Dion, aún de niño, me desgarró por dentro.

La gente del pueblo lo miraba con  horror 

¡Monstruo! —gritaron las voces, llenas de pánico.

Una mujer se acercó a Dion, sus palabras eran cortantes

Vete, monstruo. No sé por qué te adopté.

Las lágrimas de Dion caían sin cesar mientras corría al bosque, buscando refugio debajo de un árbol viejo. Las sombras aparecieron a su alrededor, susurrándole al oído.

—Dion, eres débil —susurraban las sombras con una frialdad cruel.

—No quiero serlo —respondió Dion, su voz llena de desesperación.

—Entonces tienes que aceptar tu verdadero ser: eres un dragón oscuro.

—¿Qué significa eso?

—Que tienes que ser malo si quieres hacer pagar a los que te hicieron daño.

—¿Y mi familia?

La pregunta de Dion me partió el corazón. Él no había tenido una familia que lo aceptara, y cuando finalmente encontró una, lo rechazaron sin piedad.

—Estás solo. Nosotros, las sombras, seremos tu compañía —susurró una sombra cerca de su oído. Dion asintió, aceptando la oferta de la oscuridad.Las sombras lo arrastraron a través de un portal hacia un mundo mágico. Dion, aún un niño, no supo cómo controlar sus poderes y las sombras lo corrompieron.


Regresé a la realidad con un sobresalto, y vi a Dion alejarse, su rostro sin sentimientos como siempre.

—Eras solo un niño. Las sombras te corrompieron —dije, mi voz quebrándose con tristeza.

—Claro que no, Michell —replicó él con un tono helado—. Ellas me mostraron mi verdadero yo; me hicieron fuerte.

—Dion, aún no es tarde para cambiar... —dije, mi voz cargada de desesperación.Él se rió, una risa cruel que resonó en la habitación.

—No solo acepto lo que soy.

—Tú no eras así; aún queda algo de ese niño en tu interior.

—Sabes, Michell, eres tan ilusa. Solo por saber que uno de tus amigos te traicionó.

—¿Qué estás diciendo? 

—Tu querido amigo Carlos bajó el escudo para que mis sombras pudieran entrar. Si no lo hacía, mataría a su querida hermana.

—Eres un monstruo. ¿Dónde está su hermana? —la verdad sobre el comportamiento de Carlos me golpeó fuerte.¿por que no me lo dijo?

—Está en otra de mis fortalezas. Solo con darles las órdenes a mis sombras, podrían matarla en un segundo.

—No lo hagas.

—Tú no me das órdenes. Ahora tienes que saber algo. Tú y yo compartimos algo en común.

—¿Qué?

—Poseemos el poder de la oscuridad. Aunque lo niegues, por eso no te he matado.

—¿Qué significa eso?

—Que tú eres la única que posee el mismo poder que yo. Si quiero tener hijos, la única opción sería contigo. O te mato y el miedo crecería, haciéndome inmortal.

—¡Estás loco!

—Bueno, igualmente no escaparás. Voy a destruir la Escuela, matar a todos tus amigos y luego el mundo terrenal sufrirá.

—Te lo suplico, Dion, ¡no lo hagas!

—Sabes, Michell, la profecía hablaba de un amor que restaurará todo. Ahora dime, ¿a quién amas?

—A nadie más que a mí misma —respondí, mi voz temblando con la desesperación de ocultar mis verdaderos sentimientos por Kai.

—Bien, entonces buscaré a quien compartes  ese ridículo collar.

Dion se alejó, y las sombras se colocaron frente a la puerta de cristal, vigilándome . El miedo comenzó a recorrer cada rincón de mi ser, un terror frío y profundo que parecía llenar cada espacio de mi mente. Mi madre y Ali están en peligro,muchos van a morir por mi culpa. 


N.A:

Hola esperó que estéis bien si has llegado hasta aquí muchas gracias por leer

Ahora el gif es más o menos en la posición que está Michell en este capítulo, pero no encontré a una pelirroja como ella pero bueno...

¿Será que Dion descubrirá el amor de Michell?
Ya me emocione...

Gracias por leer

Att:Bel

La Profecía De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora