Las oficinas estaban a tope, llenas de gente atendiendo llamadas, organizando documentos y clientes esperando pacientemente su turno para ingresar. Alex salió de la sala de reuniones, agotado después de una extensa junta con un cliente al que su equipo representaría. Mientras caminaba hacia un restaurante cercano, aprovechó para ponerse al día con su madre a través de mensajes.
Al entrar al restaurante, sus ojos recorrieron el lugar hasta que vio a sus amigos en una de las mesas del fondo.
— ¡Hey, Alex! — lo saludó Karl desde lejos, levantando la mano.
Alex sonrió y se acercó a la mesa, extendiendo el brazo para un abrazo breve.
— Hace un año que no nos vemos — comentó Karl mientras lo abrazaba de manera amistosa.
— Ya te digo, tuviste que esperar a que te asignaran un caso aquí para aparecer — bromeó Tina antes de abrazarlo también.
— Lo sé, lo sé... las cosas se complicaron más de lo que esperaba — respondió Alex con una sonrisa cansada.
Tina le hizo un gesto para que se sentara a su lado, mientras Karl revisaba el menú.
— Bueno, lo importante es que estás aquí — dijo Tina, sonriendo. — ¿Cómo te va con el caso? ¿Crees que te quedes mucho tiempo?
Alex se apoyó en el respaldo de la silla, dejando escapar un suspiro.
— Es complicado. El caso puede durar meses, pero aún no sé si estaré todo el tiempo aquí o me irán moviendo. Lo que es seguro es que por ahora tengo bastante trabajo.
Karl alzó una ceja mientras se quitaba los lentes de sol. — Eso quiere decir que no nos veremos mucho, ¿verdad?
— No lo sé — Alex dio un trago a su vaso de agua —, depende de cómo se desarrolle todo. Pero quería aprovechar para verlos antes de que la cosa se ponga más seria.
— ¿Y cómo te va... en general? — preguntó Tina con una mirada más curiosa —. Ya sabes, después de todo lo que pasó.
Alex desvió la mirada hacia la ventana del restaurante, observando cómo la gente pasaba por la calle. Sabía a qué se refería, y aunque había intentado mantenerlo lejos de su mente, en ese momento la nostalgia lo golpeó.
— Mejor, supongo — dijo al fin. — Tomó tiempo... más del que pensé, pero creo que estoy en un mejor lugar.
Karl dejó el menú a un lado, inclinándose hacia Alex con una expresión más seria.
— ¿Y has vuelto a saber algo de ella? — preguntó, sin rodeos.
Alex, que acababa de tomar otro trago de agua, se detuvo un segundo antes de responder. Sabía exactamente a quién se refería, pero había tratado de evitar ese tema durante todo el día.
— ¿Te refieres a...? — empezó, pero Tina lo interrumpió suavemente.
— A ____. Sabes que hablamos de ella — dijo, cruzando los brazos y apoyándose en la mesa, mirándolo con curiosidad pero también con cautela.
Alex se pasó la mano por el cabello, soltando un suspiro. Había sido inevitable que ella saliera en la conversación, pero aún así, no estaba preparado para enfrentarse a esos recuerdos.
— La última vez que hablamos fue en el aeropuerto — dijo en voz baja. — Ya pasaron algunos días desde entonces. Nos despedimos y... bueno, no he sabido más de ella.
— ¿Nada? — Karl levantó una ceja, como si no pudiera creerlo. — Después de todo lo que pasó, ¿no has intentado reconectar?
Alex negó con la cabeza, mirando su vaso como si la respuesta estuviera al fondo de él.