Cellbit

454 57 4
                                    


Cellbit

Llegué a uno de los mejores bufetes de abogados gracias a un caso que resolví en Brasil. Fue un caso complicado, pero logré destacarme y, como recompensa, me ofrecieron un puesto en "La Federación," un bufete internacional que recluta a personas de todo el mundo. No dudé en aceptar la oferta; trabajar en un ambiente tan diverso y prestigioso era una oportunidad única. Allí conocí a muchas personas interesantes, pero entre ellas, destacó Luzu, un abogado español con un sentido del humor que hacía que los días fueran más agradables.

Un día, mientras caminaba por la oficina, me encontré con Luzu en medio de una conversación con nuestro grupo de siempre. Sin embargo, noté la presencia de alguien nuevo, un joven al que nunca había visto antes.

—Bom dia —dije, saludando con una sonrisa, lo que atrajo la atención de todos.

—¡Hi, Cellbit! Good morning —respondió una chica alta, con acento francés, mientras otro hombre, con una voz bastante grave, añadió:

—Oi, bro.

—Cellbit, quería hablar contigo justo ahora —dijo Luzu sin soltar la mano de su pareja, algo que llamó mi atención. No sabía que tenía pareja.

—Acompáñanos a desayunar —propuso, y comenzamos a caminar hacia el comedor.

Durante el desayuno, me sentí un poco incómodo por la manera en que Luzu y su pareja se comportaban. Estaban muy cariñosos, algo que jamás habría imaginado de mi colega. El joven, que parecía ser menor que él, tenía una mirada nerviosa, pero de alguna manera, parecía ser la fuente de la tranquilidad de Luzu.

—Cellbit —me llamó Luzu, interrumpiendo mis pensamientos—. Quiero proponerte algo. El bufete está buscando nuevos talentos, y pensé que podríamos visitar la Universidad de Los Ángeles. Están por graduarse algunos estudiantes prometedores, y creo que sería una gran oportunidad para reclutar.

—Claro, te acompaño —respondí, aunque en realidad la idea de entrevistar a jóvenes no era lo mío.

—No te preocupes, tú solo selecciona a algunos candidatos, yo me encargo del resto —dijo Luzu con una sonrisa tranquilizadora.

Mientras seguía comiendo, noté que la pareja seguía susurrándose cosas al oído. Era difícil no sentirse fuera de lugar.

—Eh... Cellbit —dijo finalmente el joven que había permanecido callado hasta el momento. Me miraba con una mezcla de nerviosismo y determinación.

—Sí, dime —respondí con curiosidad.

—Soy Quackity Maldonado, pareja de Luzu —dijo estirando su mano para estrechar la mía—. Quería hablar contigo sobre un chico que conozco en la universidad. Se llama Roier, es becado y está aquí como parte de un intercambio permanente.

—Interesante... —respondí, ahora más atento—. Ser becado y estar en un programa de intercambio permanente es impresionante. ¿Qué más me puedes contar sobre él?

—Es un tipazo, trabajador como nadie —agregó Quackity, mirando a Luzu, que solo sonrió—. Me encantaría que lo consideraras para tus opciones de reclutamiento.

—Claro, mándame sus datos completos —dije sacando mi celular para apuntar la información.

La conversación siguió, y el ambiente se volvió más relajado. Luzu y Quackity empezaron a contar historias sobre sus días en la universidad, lo que despertó recuerdos nostálgicos en mí. Me resultaba curioso cómo alguien tan joven como Quackity había logrado conquistar a Luzu, pero lo cierto era que se veían felices juntos.

Al final, Quackity se ofreció a darme un recorrido por la universidad, lo cual acepté. Era la mejor universidad de la ciudad, famosa por su nivel académico, aunque jamás había tenido la oportunidad de visitarla.

Cuando llegamos a la universidad, quedé impresionado por el tamaño y la estructura del campus.

—Cierra la boca, te vas a tragar una mosca —bromeó Quackity, al notar mi expresión.

Desde la primera vez que nos presentaron, la relación entre Quackity y yo se había vuelto menos formal. Solíamos molestarnos con bromas en nuestros propios idiomas.

—Cala boca, filho da puta —le respondí con una sonrisa.

—Camina, cabrón —dijo, iniciando el recorrido.

Quackity me mencionó que Roier, el chico del que me había hablado, estaba trabajando en una cafetería dentro del campus, pero no pudimos pasar a verlo en ese momento. Aun así, me intrigaba conocerlo más.

Después de una larga caminata por los edificios, los dormitorios, y los salones de clase, finalmente terminamos el recorrido. La universidad era aún más impresionante de lo que había imaginado, pero también me había dejado agotado. Agradecí a Quackity por el tiempo y le pregunté si conocía algún café cercano donde pudiera descansar antes de mi próxima reunión.

○ ● ○ ●

Al día siguiente, ya estaba de regreso en mi apartamento, preparándome para una reunión con los directivos de la universidad. Sin embargo, mi mañana fue arruinada cuando el idiota de la cafeteria derramo cafe en mi traje.

—Irmão, você tá bem? —preguntó mi hermana Bagi, entrando en la sala.

—Não, você não vê a mancha de café no meu terno? —le respondí con frustración, dejándome caer en una silla.

—Bem, acho que infelizmente trouxe outro terno... —dijo, sacando un traje nuevo de su armario—. Por si algo así acontecia.

—Bagi, você é um ángel —dije con alivio, dándole dos besos en las mejillas antes de salir corriendo para la reunión.

El encuentro con los directivos fue más largo de lo que esperaba. Hablaban de temas que no me interesaban, como festivales y actividades estudiantiles, pero al final, me entregaron una carpeta con los candidatos que ellos consideraban más prometedores. Me sentí aliviado de no tener que buscarlos por mi cuenta.

Al regresar a casa, exhausto, mi teléfono vibró. Era Luzu.

—Alo, Cellbit. ¿Cómo estás?

—Al grano, Luzu —dije, sin ánimo de prolongar la conversación.

—Que genio, hombre —rió—. Solo quería pedirte que me enviaras los nombres de los candidatos mañana. Quackity y yo vamos a una fiesta, y quiero conocerlos si están ahí.

—Claro, mañana te los paso —respondí antes de colgar, agradecido por tener el resto del día libre.

Esa noche, me concentré en organizar unos documentos de un caso que había ganado, pero mi paz fue interrumpida nuevamente por Luzu. Esta vez, necesitaba que le llevara su coche a la fiesta porque Quackity había tenido algún problema.

Al llegar a la casa, el ambiente festivo me golpeó de inmediato. Odiaba las fiestas, y menos aún aquellas con universitarios. El olor a alcohol impregnaba el aire, y me dirigí rápidamente a buscar a Luzu. Sin embargo, para mi sorpresa, vi al mismo joven que había tirado café sobre mi traje. Estaba sentado, conversando con una chica, pero me llamó la atención que, al verme, frunciera el ceño como si fuera yo quien le debía una disculpa.

"¿Qué hace este tipo aquí?", pensé, mientras seguía buscando a Luzu.

Holi, esta es mi primera nota, solo para decirle que tengo muchísimas ideas para la historia:)
Pero tardo en plantearla, quiero que sea una historia lenta, no se preocupen, lo mejor tarda en venir ;) espero les vaya gustando:3

Lawyers - Guapoduo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora