Roier un recién graduado de las mejores universidades de derecho decidido en emprender un viaje a una isla con el fin de iniciar una nueva vida.
Cellbit uno de los mejores abogados en el buffet llamado "La Federación" se va a vivir a la Isla que le...
- No, no deberíamos. Esto está muy mal, por favor - susurraba, luchando por respirar mientras sus labios apenas se separaban de los de la otra persona, quien parecía negarse a poner fin al beso desesperado. Su mente estaba dividida entre la pasión del momento y la conciencia de las consecuencias.
Con los ojos cerrados y una expresión de necesidad ardiente, se apartó ligeramente, lo suficiente para mirarlo -. Solo una última vez antes de que te marque tu abogado...
Mariana estaba en uno de los cuartos de limpieza, después de haber sido aprisionado por Slime, quien lo encerró allí. Sin una respuesta clara de Mariana, Slime se lanzó nuevamente hacia los labios de Mariana, sin importarle las protestas ni las súplicas.
-¿Te estás arrepintiendo? - dijo Mariana mientras agarraba a su ex pareja por las mejillas y lo retiraba lentamente de otro beso apasionado, sus ojos mostrando una mezcla de deseo y manipulación.
- Como no tienes idea - respondió Slime con un tono quebrado -. I really miss you, your lips...
- Eso hubieras pensado antes de todo esto, Slime - dijo Mariana, sintiendo una ola de culpa invadirlo. Sentía que estaba traicionando a Roier, que hacía apenas unos momentos le reclamaba por un supuesto encuentro con el abogado de su ex pareja. Esto era tan jodido. Mariana apartó la mirada, incapaz de sostener la intensidad de los ojos de Slime.
Mariana, al no recibir una respuesta inmediata, se dispuso a salir del cuarto. Se sentía asfixiado y necesitaba un momento para pensar. Sin embargo, Slime lo detuvo, agarrándole del brazo y tirándolo hacia él para otro beso. Mariana estaba atrapado entre sus emociones y la lógica.
- Te voy a extrañar... - susurró Slime, fingiendo lástima, como si este encuentro realmente le doliera -. Créeme, Mariana, si yo pudiera, detuviera todo esto, pero necesito que me ayudes. Tenemos mucho a nuestro favor, y así podríamos detener el juicio.
Mariana lo miró, intentando entender el significado de sus palabras.
- ¿A qué te refieres, Slime?
- Cellbit y Roier, ¿acaso no es obvio? - respondió Slime con un tono que sugería que estaba hablando de algo que debería ser evidente para Mariana -. Yo no puedo jugar ni manipular a Cellbit, es demasiado listo, Mariana. Pero tú... a Roier, tú tienes una influencia sobre él que podríamos utilizar.
Mariana solo lo miró confundido, sin entender completamente el plan de Slime.
- Ni lo pienses, Slime. Ya es suficiente con verte aquí a escondidas. No puedo hacerle eso a Roier, ni a mí mismo.
- Entonces, realmente no me amas. Bien, creo que cuando gane el caso impediré las visitas que quieras hacer a Juana, y así...
- Espera, Slime... - Mariana soltó un suspiro profundo y agachó la cabeza, resignado ante la situación -. ¿Estamos juntos en esto? ¿No me abandonarás?
Slime sonrió, satisfecho al ver la reacción de Mariana.
- Baby... ¿cuándo lo he hecho? -dijo Slime con una sonrisa suave, acercándose para acariciar el rostro de Mariana-. Juntos podemos superar cualquier cosa, solo necesito que estés de mi lado.
Mariana asintió lentamente, atrapado en un torbellino de emociones. Sabía que estaba entrando en un terreno peligroso, pero no podía evitar sentirse atraído por la promesa de Slime.
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