Cellbit
- Sí, Cellbit, estoy dispuesto -respondo, con su voz aún agitada, y hablando casi en un susurro.
Asentí lentamente, sus ojos buscando los míos, con una intensidad que nunca había visto
antes.- Gracias, Roier. Vamos a hablar de todo, desde el principio -dije, abriendo la puerta de mi auto e indicándole que entrara - Vamos a mi casa, Richas se queda hoy con Bagi.
Una vez dentro del coche, el silencio se apoderó de nosotros, no quería romper ese silencio, necesitaba tiempo para ordenar mis pensamientos, para elegir cuidadosamente mis palabras.
Todo en mí anhelaba regresar con Roier, anhelaba arreglar todo entre nosotros. Estos días habían sido una tortura interminable, y la frustración me consumía.
¿Cómo era posible que el abogado del equipo contrario se convirtiera en mi fuente de inspiración para ganar?
A pesar de ser consciente de sus propios intereses en el caso, sus
habilidades y estrategias me habían impresionado profundamente. Me enfrentaba a un dilema entre mi trabajo y mi vida personal, ¿era ético dejarme influenciar por alguien cuyos motivos podían ser cuestionables?Una vez que el viaje llegó a su fin, me apresuré a salir del auto para abrirle la puerta a Roier.
Con su portafolio en mano, extendí mi mano para ayudarlo a salir, pero él la esquivó.
Suspiré, resignado ante su rechazo, y caminé hacia la entrada de mi casa, sacando las llaves para dejarlo pasar primero.
Al encender la luz y dirigirme a la cocina, busqué una manera de romper el tenso silencio.
- ¿Quieres algo de tomar? -pregunté, intentando ocultar mi nerviosismo.
- Agua está bien, gracias, Cellbit -respondió mientras se sentaba en la pequeña encimera de la cocina.
Le ofrecí un vaso de agua, tratando de parecer calmado, aunque mis manos temblaban ligeramente mientras lo hacía.
- Toma -dije, deslizándole el vaso con cuidado-. ¿Quieres hablar aquí o prefieres ir a la sala? Es más cómodo...
- Vamos, Cellbit, tengo que volver a casa. Además, dejamos mi carro en el estacionamiento -me interrumpió.
- Si, cierto - respondi mientras me sentaba a su lado - algo que hice hace años y siendo sinceros, ha estado pesando sobre mí desde entonces.
-Ya sé que sobornaste a un juez, Cellbit. ¿Cómo pudiste hacer algo así? -Su voz está llena de decepción y dolor.
-Por favor, déjame explicarte. Era un caso sobre un niño, Ramon, el fue secuestrado por una red de tráfico de menores. Su madre estaba desesperada y acudió a mí en busca de ayuda. Sabía que el sistema estaba en su contra automáticamente menciono una red de tráfico.
-¿Y eso justifica sobornar a un juez? ¡Eso va en contra de todo lo que representamos!
-Lo sé, Roier. Créeme, lo sé. Pero el juez estaba siendo pagado por los traficantes para proteger su operación. Si jugábamos limpio, Ramon nunca sería rescatado. No podía dejar que eso pasara. - Mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar aquel caso.
-¿Y qué hiciste exactamente? -preguntó Roier, su voz ahora más suave pero aún cargada de cierta molestia.
-Conseguí pruebas de que el juez estaba involucrado en actividades ilegales. Lo confronté y lo forcé a cooperar bajo la amenaza de exponerlo. No fue por dinero, Roier, fue para que permitiera la redada que llevó al rescate de Miguelito.

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Lawyers - Guapoduo
RomanceRoier un recién graduado de las mejores universidades de derecho decidido en emprender un viaje a una isla con el fin de iniciar una nueva vida. Cellbit uno de los mejores abogados en el buffet llamado "La Federación" se va a vivir a la Isla que le...