Demandado

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Roier

Me removí incómodo por los ruidos que estaban haciendo hasta que tocan mis brazos y me mueven de mi posición, sintiendo un frío por la calidez que tenía hace un momento vuelvo a tomarla de nuevo.

- Roier, por favor não me hace isso.- Escuché que me hablan, pero solo apreté con más fuerza.

- 5 minutos más por favor.

- Pa tengo hambre.- Y ahí fue donde abrí los ojos de manera rápida, viendo que lo que estaba abrazando no era ninguna de mis almohadas y menos mi hijo.

Veo a lo que mis brazos están sujetos y era un cuerpo. Cuando giro para arriba, veo a Cellbit, completamente rojo por la situación, rápidamente lo suelto y rápidamente siento el calor subir por mis mejillas extendiéndose hasta mis orejas.

- ¿Ya vamos a desayunar?-dijo el pequeño de rizos mientras acariciaba su estómago encima de su pijama.

- Ya-ya vamos.- Y así ambos salieron de la casa para dejarme solo con Cellbit, tome un gran respiro controlando mis nervios para girarme y hablar con él.- Lo-lo siento mucho.-trague en seco- Yo siempre abrazo mis almohadas y-y por eso, per-perdon.

- No pasa nada, puedes quedarte aquí en lo que hago el desayuno.- Y así salió disparado afuera de la casa donde dormíamos. Me recosté de nuevo y di un grito en silencio mientras me cubría con la almohada, sentía mi panza gruñir y como lo caliente que me sentía no disminuía, necesitaba una ducha, pero lamentablemente no estaba en mi casa, quería ayudar a Cellbit con el desayuno, pero no sabía qué cara dar, así que esperaría un poco.

Cuando me sentí mejor salí para dar un beso a Bobby que ya estaba cambiado y desayunando junto a Richarlyson, revolotee un poco sus cabellos y me gire para ver a Cellbit tomando una taza de café mientras resolvía un crucigrama, sonreí, pero cuando él me regresa la sonrisa rápidamente la borre y camine a su dirección.

- Hay un poco de fruta y panqueques, ¿quieres café?

- Casi no tolero el café, con la fruta y los panqueques estoy bien- Dije mientras tomaba unos y los colocaba en un plato.

Luego de desayunar, era hora de ir a casa. Tomé mis cosas junto a las de Bobby y todos subimos al carro. Diría que fue incómodo, pero las pláticas de los niños y sus risas eran confortantes, y aún más mientras ellos mencionaban lo bien que se la pasaban y planeaban hacer otra pijama juntos.

Una vez pude visualizar mi casa, agradecí por traernos y por dejarnos pasar la noche, él también se despidió de ambos y terminó por arrancar para irse.

- Jaiden, we arrived.- dije mientras me recostaba en la puerta una vez, me sentía cansado, agotado, tenía en mente la escena de la mañana repitiéndose una y otra vez en mi mente.

- Hi Roier, ¿qué tal te fue con tu mejor amigo?- Salió de la cocina mi mejor amiga mientras tomaba su taza de té, solo rodeé los ojos para acercarme a ella.

- Lo creas o no me fue bien Jaiden.

- Durmieron juntos, ama.- habló mi hijo mientras bajaba las escaleras.- Y en la mañana estaban abra...- Le tapé la boca, no quería contar ese momento incómodo a Jaiden pero sabía que ella ya lo imaginaba.

- What? Roier suelta a mi hijo.- Lo solté y este salió corriendo hacia ella, vi como ambos se empezaron a hablar de oído a oído y daban risillas.

- Chinguen a su madre, voy a hablar con Vegetta sobre la casa.- Y así salí hacia dirección a casa de Vegetta, aprovecharía que su casa quedaba un poco retirado para tomar un respiro antes de la bomba de preguntas que seguro Jaiden me haría, aparte de que ya estaba por terminar la decoración, así que dentro de unas semanas ya estaríamos viviendo ahí.








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