Sábado (14/01/24)

7 1 1
                                    

Salgo del aeropuerto, sábado por la mañana. Mi día a día será en unas calles que no me conocen. Me siento libre, pudiendo hacer cualquier cosa. Hasta un crímen. Nadie sabe quien soy, y trabajando de modelo, espero que todos me conozcan pronto. Pero por ahora no lo hace nadie. 

Todavía es de día cuando dejó de lado esos pensamientos. Viniendo desde California, quería disfrutar la noche de Nueva York. Con un delineado adornando mis ojos y ropa bonita salgo a disfrutar de la divertida noche de ciudad. Pero no dejo el pensamiento de matar a alguien ni borracha. Matar o robar, hacer algo porque soy una desconocida allí. 

Se lo digo a amigos que he hecho en esa fiesta, que borrachos se ríen conmigo. Vamos de fiesta en fiesta. Bebiendo cada vez más, pensando cada vez en cometer algún crímen. Los borrachos de aquí son poco violentos. Todos ríen hasta que se lo digo a alguien que no lo está. Allí me da un arma apuntándose. 

- Vamos, hazlo. ¿No querías hacerlo? ¿No querías sostener una arma? 

No sé quien está más loco. Yo por decírselo. Él por darme el arma y apuntarse. O yo por dispararle. El sonido es ensordecedor. 

Pero des  de California sus padres le llaman repetidas veces. Su padre para decirle que es una inútil, su madre para decirle que eso lo heredo de él y su hermano después la consolaría diciendole que está en mis genes. Pero en cambio, sin contestar el contestador, veo la salida del sol. Pero nada cambia a mi alrededor, todavía tengo un hombre muerto delante, y todavía sostengo el arma. Nadie ha cambiado. 

Durante la noche la nombran por las notícias, siendo conocida antes de tiempo. Solo piensa en las palabras "¿A caso no querías hacerlo?. 

Relatos diariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora