Bar de Medusa (20/02/24)

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En este bar solo hay esqueletos y fiambres. Es el bar más premiado en ese lugar y el bullicio que hay se escuha desde fuera. Las camareras, jóvenes fiambres, llevaban renovación de bebidas y comidas.

Aquí no es ninguna necesidad comer y beber, pero estar junto a otros, tener ese sentimiento de comunidad. No parecer estar muertos. Olvidar que ninguna deidad los ha aceptado en el cielo. Algunos disfrutan más así que en un lugar perfecto como lo que los mortales llaman "cielo" disfrutando... ¿De qué? ¿De no hacer nada? Este bar es el lugar de reunión para todos aquellos que vivir no sea sinonimo de dormir.

- ¡Brindo por todos aquellos fiambres que vendrán! -dice el vejo Máximo.

Y todo el bar brinda y bebe. Felices por lo que son. Porque la muerte los iguala, pero sige habiendo rencor. No hay moneda ni nada que conquistar. Si querías algo lo hacías. A la mañana siguiente, los recursos regresaban, porque alguien mundano los consumía. En ese bar, solo esperaban que los humanos bebiesen y bebiesen, para ellos poder hacerlo también. El bar cerraba cada noche cuando ya no habían más. Y cuando se acaba, la gente reza para que la gente viva beba más que el día anterior para así ellos hacer lo mismo. Se hacía más por costumbre que por otra cosa, pero era divertido seguir haciendolo, aunque careciese de sentido.

Este bar es la parada más recomendada que le decían a todo aquel que moría. "Ves al bar de Medusa", te diría cualquier persona, "allí saben acoger a un nuevo fiambre." Es casi un rito de iniciaicón para la gente de la zona. Hasta para ese niño pequeño que aunque su cuerpo no crezca, si lo hace su pensamiento.

- ¿Y si vamos al Bar de Medusa? -dice la chica del lado.

Y el narrador de esto sonrie y asiente.

- Es la segunda casa de la zona.

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