Brumalis (03/07/14)

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"Hace 200 años se colonizó la Luna y la fiesta más generosa será en Brumalis." Dice el cartel con una imagen de la luna y a lo lejos el origen humano, la Tierra. Unos adolescentes, Leo Nakamura y Anna Ivanova ríen al ver el cartel. 

- Mucha apología en la Tierra, pero los nacidos aquí nos importa tanto como "Las Españas". -se burla la chica, con una cerveza exportada de lugar del que se burla. 

El asiático ríe un poco robándole de la bebida mientras siguen caminando. Todo tiene un brillo inusual, más cálido y menos azul. Eso al chico no le gusta, le duelen los ojos con esas tonalidades tan agresivas. Caminan por los suburbios de los barrios asiáticos, yendo a casa de Leo. Aun cambiar de lugar, la distribución y las distinciones sociales solo se habían mantenido perennes. 

A lo largo de los siguientes días cada vez había más gente y a su vez también se estaba asemejando el entorno a una Tierra pre-galáctica, esa que doscientos años atrás decidió hacer las primeras civilizaciones a su satélite natural. Los siguientes encuentros de Anna y Leo se ubicaban en el bar de los padres del chico. Anna una tarde se encuentra jugando a los dardos mientras Leo la mira con una supuesta bebida milenaria, la cerveza. 

- Esto sabe asqueroso, no tiene ninguna comparación con la Eclipsea. -se queja Leo mientras Anna le mira y tira el dardo, sin mirar ya sabe que no dará en el blanco. 

- A la gente le suele gustar la Eclipsea por su luz verde. Sin ese encanto, dudo que a la gente le guste demasiado. 

La chica se acerca a él y prueba la bebida. Hace el gesto de escupir, pero no llega a tirar el líquido. Su expresión es de total desagrado, admite que eso está peor que cualquier bebida que haya probado. 

- ¿Y esto es lo que nos traen los Terrícolas? Los Selenitas podríamos subsistir sin la subyugación de la Tierra. -se queja al rato mientras tira el dardo. 

- Ellos son los que traen las cosas aquí, no podríamos subsistir sin su capital. Hasta nos han dado el nombre. 

- No sé tu, pero yo si fuese de la tierra sería rusa y depende de como viviría mejor que aquí. Al igual que tú, que tu apellido proviene de Japón, no?

El chico quisiera contestar, pero de repente ven a personas corriendo hacía el centro de la metrópolis. Algunos de ellos que iban en el sentido contrario eran especialistas que ya estaban acostumbrados por ver. Había otra fuga en la atmosfera artificial de la ciudad. Los problemas con el oxígeno eran habituales en este barrio. Ambos amigos se miran ya cansados de esta situación. Cierran la puerta y todas las salidas que podían del oxígeno. 

 - A su vez es esto, si tanto dependemos de ellos y tanto nos cuidan, ¿porqué hay problemas? No son Dioses, pero tampoco pueden dejar muertos a sus entretenimientos. Esto no generará una mayor riqueza para el planeta, sino una mayor falta de recursos a medio-largo plazo que como siempre lo sufriremos los barrios como el nuestro. No llegan ni las luces ni las fiestas hasta aquí. 

- Yo no me pienso acercar a las zonas donde de repente son la Tierra materializada en un trozo del espacio, solo provoca dolor de cabeza para los autóctonos. 

En este punto las sirenas de confinamiento suenan. Cuando vuelva a sonar será indicio de que se podrá salir. La pareja se queda allí minutos, horas, justo el tiempo necesario para que se acaben los actos del centro. Este detalle exaspera e irrita aún más a Ivanova que no para de tirar dardos, frustrada por hasta el cambio de gravedad. Con ese cambio no puede jugar bien, todo le cambia y por la presión atmosférica de la tierra tiene hasta un peor humor. Humor que claro, tiene que aguantar su amigo de la infancia, Leo. Siempre la ha estado cuidando y preocupándose de las decisiones que ha tomado de carácter gris hasta ser lo que es hoy.

- Y solucionarían el problema que se les plantearía encima de ellos, ¿no? -pregunta cautelosa la chica.

- ¿Qué intentas decir? 

- Y si... En un hipotético caso, ¿ellos son los que sufrirían las consecuencias directas de sus errores?

- No estarás planteando un sabotaje en estas fiestas para las clases altas terrícolas, ¿no?

- Justo eso, ¿me acompañarías cariño? - le dice tendiéndole la mano de forma esperanzadora. 


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