Autorretrato (11/02/24)

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Dejo la cara de la chica pintada sin formar. No sé a quien pintar. Es alguien que no podría ser en este mundo. Soy yo, pero a la vez no me reconozco. No es mi tez, tampoco es mi estructura ósea. Los rizos de esta pintura no son los míos, tan recto como tengo los mechones. Los cortes tampoco son los mismos, con flequillo en vez de mostrar su frente. No sé quien es esa mujer ni porque está allí. En mi lienzo. Tan inalcanzable, tan perfecta. 

Pero no es solo eso, es el paisaje. Uno donde no sé donde está. En ninguna parte vi nada igual. No solo los edificios, que no se parece a las de ninguna cultura, todavía. Los árboles azules y el cielo grisáceo. Empecé a pintarlo borracho, pero ahora, sobrio falta algo. No sé el que, pero no está completo. Esta pieza tan distópica, tan rara. Falta algo y no es esa cosa borrosa que tiene como faz. Pienso en cubrirla, como René Magriette, con sus cuadros. Pero no, carece de grandeza. No es tan propio, solo sería una representación más.

Pasan días y ese cuadro todavía me acecha. ¿Qué poner? ¿Quién es esa? ¿Cuándo pensé yo que eso sería un autorretrato? Cuando, de repente, se me ocurre. Con unos pinceles del color de mis ojos, marrones muy oscuros, casi negros escribo una frase en esa zona. 

"No sé bien quien soy, ¿no me lo dirías vos?". Sin identidad, no sin saber quien soy.

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