- Para de decir lo siento.
El chico me mira agarrándome las manos que no sabía que estaba moviendo de nuevo frenéticamente. Lo miro con los ojos llorosos y temerosos. Me había hecho callar con 5 palabras. No me dice nada más y yo tampoco hablo. Nos miramos y de repente me abraza. Me hace apoyar la cabeza en su clavicula y me acaricia el pelo. Me dá un beso en la frente, como si fuera algún progenitor mío.
- Llora si es lo que necesitas, desahógate Madeline. Al final todo irá bien, ya lo verás.
Y allí me derrito en lágrimas. Toda mi pena es desbordada por mis ojos, tan tristes, tan impotentes. El azul que los decora ahora se confunde con el océano por el agua que hay en ellos. Pero él solo me acaricia el pelo castaño, calmadamente, sin querer interrumpirme.
Así permanecemos minutos, horas, décadas. No lo sé, pueden ser unos breves instantes, puede ser toda una condena perpétua. Pero yo solo me calmaba y él solo me abrazaba.
ESTÁS LEYENDO
Relatos diarios
NouvellesEsto no es más que relatos, cada parte no tiene más que eso, una parte. Cada parte es un mundo diferente, de temática diferente. Está iniciado el septiembre de 2023 y acabado ese mismo mes de un año más tarde, el 2024. Son relatos de los 17 años, de...
