Promesas (24/2/24)

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De pequeño me prometí no jugar al azar, sin saber que las promesas las diría de adrono. Ahora, de mayor, hasta tengo casino propio. "El Rey de Corazones" se llama en honor de un libro de fantasía. Juego allí y me confunde con la demás gente, casi para sentir lo mismo que sentía al iniciar el juego y no ser un hombre de renombre. 

De pequeño me prometí tener un trabajo honrado. De esos donde no estafas a la gente y el 100% del dinero que posees es blanco. Pero como las prmesas para mi son como tiquets de la compra, el casino está lleno de dinero negro que doy y recibo. Me gano mejor la vida que aquellos que tienen una labor respetable en cualquier sector.

De pequeño me prometí tener mujer y una familia. Pero esas promesas huyeron desde que encontré a mi amado. Ahora, me río por todos los estereotipos de mujer que buscaba, cuando en verdad lo que buscsaba era un hombre. 

De pequeño me prmetí no beber, aun sabiendo que a los 15, las promesas las usaba para tener algo que quebrantar. Al día siguiente lo empecé a hacer, y que bien que me sentí. Ahora una copa en medio del juego nunca falta. 

De pequeño me prometí tantas cosas que ahora están tan rotas... Vergüenza me daría si comportase algún castigo. Pero si mi único castigo es el inferno lo celebro. Lo hago jugando, bebiendo y con mi amante. Pero mis promesas no son leyes, son teorías con hipótesis incorrectas.

Relatos diariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora