Un par de tazas (01/04/24)

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Un par de tazas de café cada día. Lo pido en una cafatería cada mañana. En esa pequeña cafetería lo vierten en una tazas bonitas llenas de flores y yo, sin compañía dejo una en frente de la otra. Siempre pido que no las quiten hasta que venga un hombre a beberse la otra taza y cuando viniese, que me lo dijesen. Ellas siempre asienten dubitativas, pero nunca me decian que le habían visto. 

- ¿Porqué lo hace? -me dice una trabajadora una mañana. 

- Tengo la esperanza de que un día venga. Pero no sé cuando lo hará o siquiera si alguna vez lo hará. 

Ella asiente satisfecha mientras me hace el café como cada día. Sonrío y ella no hace igual de forma cordial. A la mañan siguiente la misma mujer sonriendo me dice. 

- ¿Hoy uno? Ayer vino un señor con traje y se bebió el café. ¿Ha podido contactar con el? 

Yo le sonrío y río un poco. Pobre mujer que se emociona por eso. 

- Entonces no me ponga nada, fue un placer. 

Salgo y me dirijo al centro de Madrid. Voy con un coche y me encuentro al hombre que ayer se bebió el café junto a otro hombre en el suelo. El rey está muerto. 

- ¡Sube! Antes de que lo vean. 

El hombre sin rechistar va hacia mi y nos vamos del lugar. La gente se acumula en la zona. "El Rey ha caído" dicen los titulares la mañana siguiente.

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