01/05/24

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Juan tiene 50 años. No son demasiados en este mundo contemporáneo, pero si los suficientes para que no te quieran contratar. Ante todo pronóstico, Juan en el paro desde hce dos meses pone fin a su búsqueda. Cumple años hoy y por primera vez no siente felicidad al llegar su cumpleaños. Sabe que cuando pasan a su segundo medio siglo la cosa ya cambia. Ya no es joven, y teme que no lo vuelvan a contratar. 

Por eso, aunque sea su cumpleaños, va a la manifestación del 1 de mayo. Porque quiere no sentirse tan desgraciado. Y hablan del tema. Él dice que justo hoy cumple 50 y todos apoyan su causa. Porque claro, allí todos son trabajadores. 

Van desde Gran Vía, en Madrid, hasta a plaza del sol. Donde paran para que su represenante, pueda hablarles. Habla sobre una reducción de horas, sobre contratos precarios y otras desigualdades que padece el prolietariado. Todos están exaltados, tanto, que el gobierno los quiere parar. 

Piensan que están llegando demasiado lejos, y com no, su única baza es llamar el ejército. Estos, monotorizados por el rey, van al ataque. Las huelgas pacíficas de repente se convierten en sangre, tal y como dijo Queipo de Llano, "por cada victima que hagáis, he de hacer por lo mens 10". La batalla duró toda la tarde, y tal como Juan iba a rehibindicar unos derechos obreros, rápidamente se vió envuelto de una batalla. 

"Esto no puede durar más" se dijó intentando huir de allí. Pero antes de lograrlo, es muerto. Su tuba ya no solo servirá para sus años obreros, sino también la real.

Aquí acaba su vida laboral y personal. Toda vida ha sido marchitada tan rápido como, medio siglo antes nació. 

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Todo ficticio, porfavor no me mateis.

La autora

Relatos diariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora