Operación Ares (12/06/24)

2 1 0
                                    

Alexander mira por última vez la libreta que tiene agarrada con la mano derecha. "Operación Ares" tenía escrito como título. Suspira antes de levantarse e ir hacia el cohete que le esperaba para partir. Parece cansado, exhausto por un viaje que todavía no ha empezado. Se pone lentamente el traje, teniendo más cuidado en las partes que no habían sufrido ninguna modificación ni mejora des de su nacimiento. 

Al salir se encuentra con sus otros dos compañeros, Dante, un chico de tez oscura y melena rosa teñida, aunque eso es lo menos importante, teniendo más partes robóticas que humanas. Es un experto en la tecnología y las ingenierías, sobre todo de la computación. Y Luna, una mexicana alta de tez blanca y ojos marrones, sorprendentemente sin casi ninguna modificación aparente. Está dotada por conocer más de 10 lenguas y un amplio conocimiento en la historia de la Tierra. Y luego está él, un griego rubio experto en política y economía, además de biología. Ellos estarían educando a los primeros colonos nativos de Marte. Su misión es que puedan tener un conocimiento del inicio de todo esto. De que forman parte de la historia, pero que no se les deben olvidar los inicios siendo primates. Han sido seleccionados entre miles de enseñantes y docentes, siendo los mejores y más aptos de toda la humanidad para hacerlo. 

Antes de salir, Isabella, la pareja de Alexander le lleva hasta una esquina de una sala. Le da un beso cargado de preocupación y alivio por verle de nuevo antes de irse. 

- ¿De verdad no pueden ir las parejas? -pregunta la joven.

Él le acaricia un poco el pelo pelirrojo y trenzado de la chica riendo y negando. 

- Lo siento, pero dicen que no es profesional. Ya cuando vuelva haremos todo lo que quieras. 

- Serán 3 meses cada... ¿Cuántos años? Toda la vida. Ya sé que es un honor de tu parte, pero en cambio yo...

- Ya sé que quisieras que te hubiesen seleccionado, pero si no ha pasado no podemos hacer nada. 

Ella le mira riendo un poco. Es una risa peculiar, de travesura. Ella habría sido la tercera seleccionada si no fuera por Luna. Luego se fija en su atuendo, extrañamente era la ropa que daban antes de hacer una misión espacial. 

- ¿Qué has...?

-  No puedo dejarte ir Alexander, Luna solo quería ir porque lo hacías tu... ¿No te alegras por mi?

El chico hace un paso hacia atrás, sin creerse lo que había hecho su esposa. 

Relatos diariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora