🖕 ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔗𝔯𝔢𝔦𝔫𝔱𝔞 𝔶 𝔰𝔢𝔦𝔰 🖕

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" Park YajaTzaelly, veintinueve añitos de vida "


— Hyungie...

Zael bajó las escaleras, emocionado por tener por fin un tiempo a solas con YajaTzael, pues los chicos estaban en el colegio, corrió hacia el sofá y sorpresivo se subió al regazo de ese hombre gruñón. Enseguida comenzó a besarle el cuello y a intentar quitarle la camisa para que se diera cuenta de que traía unas ganas de ser follado ahí en el sofá.

— Gatito, espera... tengo que terminar esto y...

— No. Terminas eso otro día, ahora quiero follar toda la tarde de ser necesario.

— Ah, caray.

Pareciéndole el tema bastante interesante a decir verdad, YajaTzael lanzó los expedientes al sillón de al lado. Luego se mordió los labios al ver cómo él se quitaba la camisa y quedaba solo en esas bermudas que estaban más cortas y ajustadas que otra cosa, resaltando sus voluptuosos atributos, como lo eran sus gordos muslos y su jugoso culo.

— Suba...

— ¡No! Aquí mismo lo vamos a hacer, aquí mismo te voy a montar, Hyungie.

Bien.

Muy bien.

YajaTzael no supo qué pensar en realidad cuando un desesperado gatito le rompió, literalmente, la camisa de botones y ansioso besaba parte de sus pectorales mientras manoseaba sus brazos. Zael se mostraba tan caliente y tan necesitado que él no era nadie para negarle una muy buena follada, de esas que rechinan hasta las camas.

— Uh, ¿sabes? Estaba pensando en algo, pero no me hagas mucho caso — Rió — Digo, no es como que te vaya a obligar o algo, Hyungie.

Él estaba soltando más balbuceos que otra cosa, hablando trabado porque se sentía nervioso respecto a lo que quería y el hecho de que YajaTzael le estuviera comiendo los pezones no ayudaba para nada, pues se sentía tan bien que no sabía en qué concentrarse primero.

Esas grandes y bruscas manos se llegaron a escabullir dentro de sus cortas bermudas para tener contacto directo con su gordo culo, entre apretones él intentó hablar pero, si bien se sabía, sus pezones eran una de las áreas más sensibles de su cuerpo y eso YajaTzael lo sabía, por eso es que se estaba volviendo un desastre andante de jadeos y gemidos.

— Es que como... ah... llevamos tiempo juntos, estuve pensando en que podíamos casarnos... a-algún día, claro.

— Lo que tú quieras, gatito, tus deseos son mis órdenes.

— ¿En serio?

— Sí.

— ¡Genial!

Ahora, una vez aceptada su primera petición, debía ir a la segunda y más importante para él, pero con eso de que esa larga lengua estaba jugando con sus pezones y eso de que esas manos estaban tocando lugares íntimos, estaba todo siendo imposible.

Puede que haya sido su culpa porque él fue quien inició todo y calentó a YajaTzael a más no poder, pero en su defensa es que quería como entrar en ambiente para que ese hombre aceptara cualquier cosa que él pidiera y sin chistar. También porque en serio llevaban mucho de no tener nada de nada y él ya había necesitado lo sádico que YajaTzael era en la cama.

— Una vez ya casados... no lo sé, podríamos adoptar a un niño...

— ¿Qué?

Entrando abruptamente a la realidad, YajaTzael se alejó de él con el ceño más que fruncido, demostrando así que la idea de esa famosa adopción no era bienvenida en ningún momento y eso a él lo hizo sentir mal porque anhelaba con su vida adoptar a un niño.

𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora