🖕 ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔗𝔯𝔢𝔦𝔫𝔱𝔞 𝔶 𝔠𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬 🖕

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" Park YajaTzaelly, veintiocho añitos de vida "


— Uh... papi, iré por los otros jeans blancos.

— Que no sean tan ajustados, recuerda que en casa hay un depravado sexual de nombre YoonGi.

— Papi...

— Ni tan pequeños.

— Papi, yo...

— Que no resalten tu figura.

— Pero...

— Y que no se te vean muy bonitos.

— Yo...

— Así nadie tendrá que verte con ojos de lujuria.

— Es que...

— Enfermos todos.

JiMin suspiró en vista de que no podría convencer a YajaTzael de ponerse algo bonito. Es que ya estaba creciendo, ya eran once años y por alguna extraña razón quería verse siempre bonito para un Hyung en especial.

YoonGi le decía tantas cosas lindas, le daba tantos halagos y por eso quería verse bonito para él. Su corazón se aceleraba cuando estaban juntos y se ponía tan nervioso estando con él. YoonGi lo miraba de una forma en que lo ponía tímido, pero se sentía tan bien.

De tan solo pensar en ese niño sus mejillas se tornaron rojas, calientes, así que prefirió ir rápido a buscar los jeans que le habían llamado la atención para irse y poder llegar a casa, así podría ver a YoonGi y recibir más de esas palabras bonitas.

Todavía era un niño, pero estaba seguro que sentía atracción por los niños como él y no por las niñas, pero era algo que no quería comentarle a YajaTzael, al menos no hasta que estuviera cien por ciento seguro de que cuál era su sexualidad. Por el momento, el único chico que le gustaba era uno de trece años con ojos de gatito.

Sonriendo por recordar la manera en que YoonGi tomaba su mano a escondidas o cuando se veían en el balcón para estar solos cuando YajaTzael estaba en el hospital, entró a una de las secciones, pero estaba tan metido en pensar en ese chico con complejo de gatito que entró a la equivocada.

Curioso miró todas las faldas y ropa para niñas que había ahí. Todo era tan rosa que sus mejillas se llegaron a sonrojar incluso más, pero fue porque se imaginaba a él mismo con una de esas y se sentía bonito, aunque eso estaba mal porque él era un niño y los niños no se ponían ropa de mujer.

— Niño, ¿necesitas algo?

Avergonzado por haber sido cachado tocando una de las faldas, se hizo en un rincón e intentó encogerse en su sitio ante la mirada burlona de la chica que atendía, tal parece, esa sección. Ella se cruzó de brazos y lo miró de arriba hacia abajo, desde la punta de sus zapatitos hasta el último mechón de su rosita cabello.

La chica, quien en su gafete salía por nombre SaNa, lo miró por unos segundos más de ceja alzada antes de tomar una de las falditas que estaban en las percheras. Era una de encaje alto con un cinturón de perlas y unas figuras de corazones en los bordes. Sonriendo se la entregó y le hizo una seña en el mostrador para que se la probara sin miedo.

— Pero... uh, soy niño.

— ¿Y qué? Te aseguro que a ti te quedará mejor que a cualquier otra niña.

JiMin lo pensó por unos segundos, pero estaba tan bonita la falda que aceptó a entrar al vestidor y probársela. Solo esperaba que YajaTzael no se pusiera enojado con él por utilizar ropa de mujer o se sintiera decepcionado por su forma muy poca masculina de ser.

𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora