🖕 ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔖𝔦𝔢𝔱𝔢 🖕

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" Park YaZaelly, seis añitos de joder la vida de Park YajaTzaelly "

— ¿Y entonces?

— Mi papi dijo que no podíamos comprarle ningún juguete así hiciera berrinche.

YoonGi hizo una mueca, junto con JiMin bajó la mirada para fijarse en el pequeño YaZaelly, niño que estaba llorando a mares en el piso mientras pataleaba porque ninguno de los dos quiso comprarle ese camión a control remoto de juguete, pero es que YajaTzael había sido claro en decirles que tenían prohibido comprarle algo en su ausencia y ellos debían seguir las ordenes al pie de la letra.

— Estoy sintiendo vergüenza ajena, JiMin-Ah.

La cara de YoonGi comenzó a ponerse roja de la pena que estaba sintiendo, ya que todas las personas de esa tienda estaban viendo al niño que parecía ser sacrificado vivo por la manera en que estaba llorando a gritos rompe tímpanos. JiMin también se sintió muy avergonzado, por eso es que se escondió en su cuello y así ya dejaran de verlo como si fuera el culpable de tal barbaridad.

— Ahora quiero saber si YajaTzael-Hyung fue a buscar el pan o a hacer el pan.

— ¿Por qué los niños tienen tanto galío?

— No lo sé, pero ya me duelen los oídos.

— Pero, Yoonie, sé un buen novio y cúbreme los oídos.

El mayor asintió, cubrió los oídos de JiMin mientras se ponía a pensar o más bien a cuestionarse por qué YaZaelly no prefirió esperar a llegar a casa para hacer todo el berrinche que quisiera, no que se puso a hacerlo en medio de toda esa gran tienda que tenía a muchas personas yendo y viniendo, viendo cómo se retorcía en el piso porque no le compraban ese maldito juguete.

Lo peor de todo no era en sí el berrinche, lo peor de todo es que YajaTzael no había amanecido precisamente con el pie correcto y eso significaba que estaba más de luna que otros días, lo que quería decir que en cuanto llegara con ellos, iba a sembrar a YaZaelly en el piso porque si había algo que detestaba, a parte de todo, era el berrinche ajeno.

— ¿Y si le compramos el juguete? Yo lo pago con tal de que se calle.

— Eso significaría sufrir la furia de un hombre con problemas de ira que necesita reflexiones para controlar el enojo — Recordó JiMin — El mismo hombre que, si no logró matarte antes, esta vez lo hará porque eres su saco de boxeo con patas.

— Wow. Me encanta tu apoyo moral para con tu novio, JiMinie.

— Entre novios no hay mentiras, solo sinceridad y lo que yo dije fue algo muy sincero.

— Touché.

YoonGi sonrió y su sonrisa era hermosa, era preciosa y adorable, era única e inigualable. Muy lamentablemente, tal obra de arte se borró cuando, en medio de tanta gente, juró ver al mismísimo Satanás caminar hacia ellos sacando humo por las orejas y con una mirada que mostraba lo feo que sería quemarse en el infierno.

— Esto ya valió verga. Cancelen todo, corten todo.

— ¡Hyungie! Hoy es el día de tu muerte.

— Pero...

— Ay, qué lástima. Bueno, se te quiso.

JiMin, pensando en el bien común de esos pobres mortales que sufrirían de la ira de Lucifer, le dejó un besito a YoonGi en la mejilla antes de correr hacia YajaTzael para darle un gran abrazo y hacerle esos ojitos bonitos, esas pestañitas de chaparrito bonito cosito precioso que tanto le gustaban a YajaTzael. Sería muy falso decir que eso no funcionó, ya que sí funcionó e hizo que ese hombre le dejara un beso en la frente con una sonrisa.

— No le compré el juguete, no tienes un alegato válido para golpearme.

— Y nunca he necesitado de un alegato para golpearte, estúpido.

— ¿Estúpido yo? Y tú muy inteligente, ¿no, baboso?

YajaTzael no se encontraba de buen humor, nada raro si venía de él, tampoco nada raro el que tuviera ganas de sembrar a YoonGi en el piso. Nada de eso era raro, por lo tanto, no fue raro el que le haya estrellado las bolsas de pan en la cara para que se quitara de su camino porque en ese momento quería más bien sembrar al maldito mocoso que estaba rompiéndole los tímpanos.

— Enano, dale la tarjeta a este imbécil para que pague.

— ¿Y yo por qué?

— Porque de lo contrario, voy a comprar una navaja y te voy a cortar la cabeza para hacerla a la plancha en la cena de hoy.

YoonGi lo pensó un poco, pensó en que quería estar en la cena sin ser precisamente la cena y mejor elegir vivir. Aceptó la tarjeta y sonriendo se fue a la caja para pagar todo mientras JiMin intentaba callar a patadas suaves a YaZaelly para que no buscara su muerte sin haber vivido tanto tiempo en el mundo, pero aunque hizo su intento por el bien común, no se calló.

— Dije que no te compraría un juguete y no te compraré un juguete.

YajaTzael, corto de paciencia, de amor, de humanidad, agarró al niño de las tiras del overol y entonces lo cargó como si fuera una bolsa viviente. De esa forma se lo llevó a la salida para demostrarle que ni con todo el llanto del mundo le daría lo que quería teniendo en casa una habitación completa en juguetes, de los cuales el cuarenta por ciento de ellos eran nuevos y sin usar.

— Aunque no lo creas, así también te agarraba a ti cuando hacías lo mismo.

— ¿En serio?

— Y como eras tan pequeñito, no era mucho esfuerzo convertirte en mi bolsa.

Tan lindo.























𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora