🖕 ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔦𝔢𝔠𝔦𝔬𝔠𝔥𝔬 🖕

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" Park YaZaelly, quince añitos de joder la vida de Park YajaTzaelly "


YajaTzael entró a su casa con los ojos más cerrados que abiertos, más dormido que despierto, así caminó directo a la sala y se dejó caer al sofá para descansar luego de un largo día de trabajo en el hospital. Sinceramente, sentía que ya no estaba para eso y que cada parte de su cuerpo se iba desintegrando con el estrés, el cansancio y cada una de las mierdas que padecía el patético cuerpo humano.

— Nunca había tenido una relación tan tóxica que como la que tengo con la vida, porque ella me maltrata, me odia, me golpea y me trata mal, pero yo no puedo vivir sin ella — Murmuró — Y aunque me trate de la verga, yo la amo y no la dejaré así ella quiera matarme porque me odia. Vida, hija de tu tres mil puta, te odio y te amo.

Quejándose se dio la vuelta, reposó su cansada espalda contra el suavacito sofá y entonces sonrió porque, aunque había sido un día de mierda, llegar a casa era la mejor parte de ese día de mierda. Además, se había tardado más porque la verdad es que había invadido la casa de Zael para verificar si ese maldito gatito de mierda no estaba con algún hombre por ahí, porque es que no lo ha superado y era bien tóxico, tanto que todos los días lo mandaba a vigilar para saber si algún pobre mortal tenía la osadía de acercarse a su gordo culo.

— Ese maldito gatito de mierda, cree que por ser bonito y adorable puede hacer conmigo lo que quiera el muy estúpido — Refunfuñó — Cree que por tener un buen culo puede todavía tenerme entre sus garras. Todos los gatitos son iguales, puros maullidos....

— ¡Papá!

— ¿YaZaelly...? ¡YaZaelly!

Asustado y preocupado por el fuerte grito de su hijo, se levantó enseguida del sofá y rápido corrió hacia las escaleras, las cuales escaló cada tres peldaños para tener un atajo y llegar en menos tiempo al segundo piso. Subiendo la velocidad de sus piernas se dirigió hacia la habitación de YaZaelly, en donde abrió la puerta como con ganas de romperla y agitado lo buscó.

Con el corazón a punto de salirse del pecho miró que la cama estaba vacía, toda desarreglada, como si YaZaelly hubiera estado ahí hace rato. Completamente asustado corrió hacia el baño para verificar si estaba ahí, pero al entrar pudo notar que estaba vacío y entonces ya estaba entrando en pánico porque pudo jurar que lo había escuchado gritar.

— ¡Papá! ¡Papá, ayúdame! ¡Ayú...!

— ¡YaZaelly!

Directo corrió hacia la ventana tras notar que estaba abierta por el aire frío que había entrado, y al acercarse pudo ver que había una camioneta estacionada en la parte trasera de la casa y que a parte, un par de hombres se estaban llevando a la fuerza a YaZaelly, quien tenía una bolsa negra en la cabeza y estaba intentando forcejear con todo contra esos tipos para que no se lo llevaran.

— ¡YaZaelly! ¡YaZaelly!

Ahora sí, más que asustado salió de la habitación en busca de ir por su hijo, porque es que si salía por la ventana, llevaría mucho tiempo en bajar y estaba muy alto como para hacer eso, entonces no tuvo más opción que correr con todas las fuerzas, olvidándose del estrés y de los dolores con tal de ir a rescatar a su hijo. No sabía lo que estaba pasando, no sabía quiénes eran esos tipos o por qué querían llevarse a YaZaelly, pero lo que sí sabía es que no era nada bueno y que no podía solo permitir que se lo llevaran.

Con la adrenalina a mil corrió con todas las fuerzas que un padre podía tener cuando su hijo estaba en peligro y gracias a eso llegó más rápido al primer piso, entonces sin pretender parar siguió corriendo directo a la puerta para salir lo más pronto posible, porque es que no se perdonaría que se llevaran a su pequeño hijo. Respirando de la forma más agitada posible salió de la casa y no se detuvo en el momento en el que corrió hacia el patio trasero.

— ¡YaZaelly! ¡YaZaelly! ¡YaZa...!

Maldición.

Cuando por fin logró llegar al patio trasero, observó que la camioneta ya no estaba y entonces las lágrimas no pudieron ocultarse más, simplemente salieron mientras ansioso volteaba a ver hacia todos lados para buscar la camioneta en donde se habían llevado a YaZaelly. Asustado y con miedo se enredó los dedos entre el cabello, porque su bebé no estaba, no lo veía, no lo encontraba y temía lo peor como el paranoico que era.

— ¡YaZaelly!

No se iba a quedar de brazos cruzados, no iba a esperar a que algo malo le pasara a YaZaelly sabiendo cómo estaba la situación, en donde si no eran inocentes mujeres violadas y asesinadas, eran hombres secuestrados y asesinados para qué mierda. Caminó con rapidez por toda la desolada calle, sacó su celular y empezó a marcar primeramente el número de Zael para informarle lo que había pasado, después de eso se encargaría de llamar a la policía o hasta al mismo Lucifer.

— ¡Maldición! Maldito mundo de mierda, maldito Dios, que te dices ser bondadoso y dejas que estas mierdas le pasen a personas inocentes — Sollozó — Primero son las mujeres y luego los niños. ¿Qué mierda pasa contigo? ¿Qué tienes en la cabeza? Ya veo por qué Lucifer te traicionó.

— ¿YajaTzaelly? ¿Está todo bien?

— ¡Zael! Zael, se llevaron a nuestro hijo.

— ¿Qué? ¿Quién? ¿De qué hablas?

— ¡No sé quién se lo llevó, ni por qué! ¡Mierda! ¡Lo único que sé es que se lo llevaron dos tipos en una camioneta y...!

— ¿Y? ¡¿Y qué más?! ¡YajaTzael, no te quedes callado!

No había querido quedarse callado, pero entonces vio la misma camioneta que se había llevado a YaZaelly, pasando por la calle que tenía en frente y eso lo hizo cerrar la boca. Encendió la cámara y volvió a correr más de lo que sus piernas podían darle, corrió buscando seguir a esos tipos y corrió buscando tomarle foto a la placa de la camioneta.

— ¡Hey! ¡¿Por qué no se meten con uno de su tamaño, hijos de perra, malnacidos?! ¡Cobardes!

La camioneta subió la velocidad al ser encontrado por él y en menos cinco segundos se le perdió de vista, y ahora sí que no pudo hacer nada más que ver cómo se llevaban a su hijo, a su campeón, a su demonio personal. Llorando se detuvo, angustiado cortó la llamada con Zael para marcar el número de la policía e informarle lo que había pasado sabiendo que con el número de la placa sería más fácil encontrar a la camioneta.

— Se metieron con el niño equivocado, malditos, y se metieron con el padre equivocado.

Buscaría a esos tipos, los encontraría y los mataría a cada uno, parte por parte, por haberse metido con Park YaZaelly, su hijo.




















𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora