🖕 𝔓𝔯𝔬𝔩𝔬𝔤𝔬 🖕

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— YajaTzaelly, YajaTzaelly, despierta.

— ¿Por qué?

— Nuestro bebé está llorando.

— ¿Y? ¿Eso en qué me afecta?

Zael resopló, sin poder creer que YajaTzael fuera tan así como para que durmiera con unos tapones en los oídos, todo para no escuchar el llanto del bebé. Días y días lavándose él porque creía que YajaTzael estaba en su quinto sueño cuando en realidad no escuchaba por los tapones el maldito tramposo.

— Ve a ver qué necesita.

— ¿Por qué?

— Porque...

— Y dame un alegato válido, porque eso de que salió de tus entrañas y que lo pariste con dolor, es muy falso — Informó el mayor — Salió de DaeGin, tú solo diste el apoyo moral. A ver, ese es mi alegato, quiero escuchar el tuyo, gatito estúpido.

— Tal vez no lo parí yo, pero sí lo he estado cuidando todas las noches.

— Porque eras tú el que deseaba un bebé, ahora te aguantas, así que ve y cállalo porque no me deja dormir.

— Tienes que ir tú.

— No. Va a ir el que quería tener un hijo, o sea tú.

Zael estrelló el puño contra la almohada porque todo lo que estaba diciendo era considerado un argumento válido y no podía luchar contra eso por más que lo intentara. Tenía toda la razón, pero Zael no se iba a rendir tan fácil porque ya estaba cansado físicamente de levantarse todas las noches cuando el bebé era de los dos.

— Originalmente es tu hijo.

— Sí, pero tú eras el que lo quería, no yo.

— Yo ya estoy cansado de levantarme todas las noches, bebé.

— Y yo ya estoy cansado de escucharlo todas las noches, bebé.

— ¡Park YajaTzael, ya! ¡Te levantas y vas con nuestro hijo, pero ya!

El mayor sacó la cabeza de debajo de la almohada, se quitó el otro tapón del oído y lo miró. Él entonces se cruzó de brazos con la mirada más seria que pudiera tener, mostrándose enojado para hacerlo levantarse de esa cama y que fuera a atender al bebé.

— No.

— Pero...

— Tú querías tener un hijo, entonces ve y atiendes a tu hijo.

— ¡Pero, YajaTzaelly, es de los dos!

— Me vale.

— ¡Me levanto cansado, exhausto y desvelado a hacerte el desayuno!

— No hagas tanto drama que tú ni siquiera sabes cocinar — YajaTzael recordó — El que prepara el desayuno soy yo.

El menor chasqueó la lengua, volvió a estrellar el puño contra la almohada y enojado lo jaló del cabello porque no había ser en ese mundo que pudiera ganarle, tal vez ese ser ni siquiera existía o tal vez no había nacido todavía, pero ése no era el punto, el punto era que el bebé seguía llorando.

— YajaTzaelly, ya no aguanto el desvelo. Ve, por favor.

— Ve tú.

— ¿Por qué debo ir yo?

YajaTzael volvió a sacar la cabeza de debajo de la almohada, suspirando para coger paciencia y no provocar un maltrato animal por eso de que era un gatito, se acomodó boca arriba para verlo y buscar explicarle algunos puntos.

— Primero; porque el que jodió y jodió porque quería un bebé, eras tú. Te dije entonces que yo no me haría cargo de levantarme en las madrugadas y tú aceptaste, está hasta por contrato — Planteó — Segundo; porque yo trabajo en un hospital que me consume todo el día y que para hacer bien mi trabajo debo tener energías y para tener energías yo necesito dormir tranquilo.

— Yo...

— Tú no trabajas, yo sí. Tú puedes desvelarte, yo no, ¿listo? Listo.

Una vez aclarado sus dos puntos y luego de que fueran alegatos válidos, metió nuevamente la cabeza bajo la almohada en busca de dormir. Ignoró los ojitos de gatito regañado de Zael y solo le hizo una seña con la mano para que ya fuera a atender al bebé hijo de Satán.

— O sea que no te vas a levantar.

— En efecto.

— Eres un mal esposo.

— Lo soy.

— Y un mal hombre.

— También lo soy.

— ¡Solo hazlo por hoy!

— ¡Que no! ¡No lo haré y no hay poder humano que me haga levantarme para ir a atender a ese mocoso!

— Pero...

— ¡Papi, mañana tengo escuela y YaZaelly no me deja dormir!

— ¡Voy!

YajaTzael cayó de la cama porque se enredó con las colchas al intentar salir de ella. Se levantó y rápido corrió hacia la puerta para ir directo a la habitación del bebé y callarlo porque estaba desvelando a su chaparrito bonito cuando debía ir a clases más temprano debido a una excursión.

Habían prioridades.
















𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora