🖕 ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔗𝔯𝔢𝔦𝔫𝔱𝔞 𝔶 𝔠𝔦𝔫𝔠𝔬 🖕

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" Park YajaTzaelly, veintiocho añitos de vida"


— ¿No vamos a seguir jugando?

— Sí, solo dame un minuto, Yoonie.

YoonGi resopló, sudado empezó a darle vuelta al balón de baloncesto con el dedo índice, teniendo que darle ritmo con la otra mano para no perder el equilibrio. Mientras hacía tal cosa y demostrando el porqué era el capitán de su equipo en el colegio, se dio cuenta de que YajaTzael ya estaba llegando junto con JiMin.

Sonrió en grande porque lo había extrañado en esas horas en las que no estuvieron juntos y moría por abrazarlo aunque en el proceso se llevara un buen golpe de parte de YajaTzael, pero él siempre había dicho que por estar cerca de JiMin, cualquier golpe era bien recibido.

— ¡JiMinie!

— Atrás, insecto.

YajaTzael fue el primero en bajar, por lo que se llevó dos cosas, un botellazo en la cabeza y una jalada de pezón ya aprovechando de que la camiseta era bastante suelta y sin mangas, eso lo hizo chillar mientras saludaba de choque en puños a ese hombre de extraña procedencia.

— Tú que le das una sola mirada y yo que...

El mayor había querido darle una sarta de amenazas con golpes incluidos, estuvo más que dispuesto a hacerlo, pero entonces miró que Zael estaba hablando con ese maldito vecino que tanto le sonreía y prefirió dejar las amenazas para otro día, pues debía ir a preguntarle a ese gatito por qué carajos tiene que sonrojarse estando cerca de ese estúpido hombre.

— ¡Hey, tú, sí, tu hombre ya llegó! ¡Muchas gracias por las bienvenida!

— ¡YajaTzaelly!

— ¡¿Y tú qué le ves?! ¡¿Qué putas le ves?!

— Hola a ti también, vecino.

— ¡No, hijo de tu puta madre, a mí no me vas a venir a ofender!

Sí.

Él se dirigió hacia ese par sacando humos por las orejas, dispuesto a repartir golpes solo porque sí, esa fue una excelente oportunidad para YoonGi, quien sonriendo caminó alrededor del auto para abrir la puerta y que JiMin pudiera salir y al verlo de la forma en la que estaba vestido, su mandíbula casi toca el suelo.

Perplejo le miró las calcetas y empezó a subir la mirada por todo JiMin, desde sus encantadoras piernas hasta su tierna carita roja y abochornada. En una de tantas se dio la vuelta con rapidez para verificar si no tenía nada raro en la entrepierna con eso de que sus hormonas se estaban desatando.

Tras darse cuenta de que todo estaba en su debido orden, se dio nuevamente la vuelta para ver a JiMin y sonreírle nervioso. Se acarició la nuca sin saber qué decir con exactitud mientras tenía el balón entre el brazo.

JiMin, por su parte, no podía siquiera alzar la cabeza porque se sentía tan jodidamente avergonzado, tan tímido y nervioso que lo demostraba con sus mejillas rojas, con la forma en que jugaba con el borde de la faldita, es que él estaba callado y no sabía qué pensar.

— JiMinie... Wow... te ves... muy bonito

— ¿En serio? Digo, estoy usando ropa de niña, Yoonie.

El mayor negó con una sonrisa, así mismo le acarició la mejilla, esa tan gordita y rojita que tenía. Luego levantó la mirada para cerciorarse de que YajaTzael no los viera y al captar que éste estaba bastante metido en gritarle al vecino, se acercó con rapidez a él y le dejó un beso en la comisura de sus gruesos labios, bastante cerca de ellos.

— Estás usando ropa y ya, no veo que sea de chica o de chico — Susurró — Y te ves tan hermoso, nene, precioso y perfecto.

Tras esas palabras que fueron dichas tan cerca de los labios de JiMin, éste soltó un suspiro entre nervioso y enamorado. Quiso en serio abrazarlo, sentir su aroma sin importar lo sudado que estuviera, solo quería sentirlo cerca y estar junto a él, pero eso era tan imposible cuando YajaTzael estaba a tan solo unos metros de ellos.

— Si ahora eres así de lindo siendo un niño, no me imagino cómo tendré que cuidarte cuando crezcas — Bromeó — Voy a correr a todo chico que quiera estar cerca de ti y tendré que ser tu guardaespaldas.

— Es que al único que quiero cerca de mí es a ti, Yoonie.

Él soltó una risa, su cabello rubio estaba tan alborotado que JiMin empezó a acomodarlo entre sus deditos regordetes, oportunidad que él tuvo para pasar un brazo por esa cintura tan diminuta, así pudo pegarlo a su pecho mientras se mordía el labio tras darse cuenta de que Zael tuvo que meter a YajaTzael a la casa a rastras para calmarlo.

— ¿Te parece si nos vemos hoy a las doce en el lugar de siempre?

— Me encantaría, Yoonie.

Dios.

YoonGi asintió y en sus ojos se podía ver con claridad las inmensas ganas que tenía de besar a JiMin, la forma en que adoraba sus labios, en que los veía con tanto deseo podían confirmarlo, mas en esos momentos no se podía, no cuando Satán estaba tan cerca de ellos.

— ¿Saldrás siempre así de bonito? Siento que los celos me van a matar.

JiMin soltó una risita, luego se mordió el labio con las mejillas tan calientes porque le estaba gustando la manera en que él dejaba caricias en su cintura. Se sentía bien estando así de pegados, los dos juntos y solos, sin interrupciones, en su propio mundo.

— Es que solo me vestiré así cuando esté en casa y... solo para ti, Yoonie.

— ¿Sí? ¿Solo para mí?

— Sí, solo para ti y por ti, Hyungie.

— Genial. Entonces entremos porque no quiero que nadie te vea así.

El menor chilló mentalmente cuando él le tomó la manita para llevárselo ya adentro de la casa y así evitar que algún depravado o degenerado lo viera de más porque para depravado y degenerado solo él.

— Tu culo se ve de maravilla, ganas de azotarlo.

— ¡Yoonie!

— Solo digo.







𝔐𝔯. 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 (Pɑrk YɑjɑTzɑel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora