Faltaban 3 horas para media noche, todos estaban en la sala platicando, estaban todos los niños haciendo intercambio de regalo que habían planeado.
-¡A mí me tocó mi panpan! -Dijo Blaise con una sonrisa dándome a Pansy su regalo.
Todos rieron levemente, cuando el intercambio terminó todos sonrieron levemente y repartieron los regalos normales.
Rachel había ido a comprar regalos para los amigos de Draco en último momento, Draco la había ayudado a escoger, a Theo le compro un ajedrez mágico, el mas reciente, a Blaise le compro una nimbus 2000 ya que haría prácticas para entrar al equipo de Quidditch.
A Tom un juego de pociones, a Draco le regaló también una escoba y a Matheo tambien una escoba, ya que ellos querian entrar al equipo de Quidditch.
A Daphne le regaló el primer vestido que vio, y a Pansy unos vestidos que ella iría a escoger junto con una caja con joyas.
Rachel había mandando una carta a su padre, más nunca recibió una respuesta, en ese momento snape entro a la Malfoy Manor, y le entrego un regalo a Rachel junto con una carta, era de su padre.
Mi querida niña.
Feliz navidad, espero y te la estes pasando bien con los Malfoy, me hubiera encantado pasar navidad contigo como todos los años, pero no sé pudo, te juro que saldré rápido de aquí, y lo primero que haré es ir a buscarte y volveremos a nuestra casa y volveremos a ser los mismos de siempre.
Te amo, y quiero verte pronto, y perdón por ese cambio tan repentino de colegio, perdón también por qué te alejaste de tus amigos que habías echo. Sobre todo de Lorenzo, me hablaste mucho sobre el, es una buena persona... Le pedí a Snape que te un regalo de mi parte, no pude escogerlo pero espero y te haya gustado.
Para las vacaciones tu decidides si te quedas en hogwarts o te vas con los Malfoy, hazme el favor de agradecerles de mi parte.
Espero y te la estes pasando bien...
Te ama...
Gellert Grindelward, tu padre.
Unas pequeñas lágrimas rodaron por las mejillas de la rubia, doblo la carta con mucho cuidado y la regresó a su sobre, Theo, quien más cerca estaba de la rubia la rodeo en sus brazos, hasta que su llanto secara.