Unas semanas después, el profesor Snape decidido que lo mejor era que Rachel fuera a la Malfoy Manor a pasar la navidad.
Rachel feliz, parada en la puerta de aquella gran mansión entro, rápidamente dos elfos la ayudaron a llevar sus maletas, entro y ahí vio a todos sus amigos quienes corrieron a abrazarla. Y a saludarla como si no la hubieran visto en años, ahí Rachel vio una cabellera pelirroja que nunca vio, la niña se presentó. Rachel por un momento pensó que era una hija perdida de los Weasley. Más era una Avery, Rachel sonrío al ver que ella pertenencia a los Sagrados 28.
Los niños, habían pasado una gran navidad, habían echos bailes muggles que Daphne les había enseñado y habían horneado galletitas de gengibre.
Aunque la felicidad acabo para Rachel cuando cierta pelinegra que era hermana de Daphne llegó a la Malfoy Manor, literalmente Draco se había puesto extraño. Y nervioso, aunque los señores Malfoy intentaban que no socializara mucho, ya que ellos no querían que su hijo tuviera una relación con ella, ya que era una “traidora de la sangre”.
Navidad, había sido un gran recuerdo para los niños de slytherin, y ellos lo sabían.
Draco había tenido un gran cambio en el, ya su cabello no tenía tanto gel encima.
