Capitulo 25

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Aquel niño de 11 años corría dentro de la Mansión Grindelward llendo hacia Rachel.

—¡Rachel, he recibido mi carta! Iré a hogwarts, papá a dicho que tú también, ¡Iremos juntos al fin!

Aquel día el rubio había recibido la mala noticia de que Rachel iria a Beauxbatons y no a hogwart


[•••]

—¿Por qué te preocupa cómo me libré? —dijo Harry despacio—. Voldemort fue
posterior a ti.
—Voldemort —dijo Ryddle imperturbable— es mi pasado, mi presente y mi
futuro, Harry Potter…
Sacó del bolsillo la varita de Harry y escribió en el aire con ella tres
resplandecientes palabras:

TOM SORVOLO RIDDLE

Luego volvió a agitar la varita, y las letras cambiaron de lugar:

SOY LORD VOLDEMORT

Draco, se asustó más y volvió a apretar a Rachel intentando buscar alguna forma de sacarla de ahí y poder salvarse ambos, Potter que se quedará ahí, al fin que tiene complejo de héroe ¿No?

En ese momento el basilisco salió, Draco con todas sus fuerzas cargo a Rachel.
Una gran mole golpeó contra el suelo de piedra de la cámara, y Harry notó que
toda la estancia temblaba. Sabía lo que estaba ocurriendo, podía sentirlo, podía ver
sin abrir los ojos la gran serpiente desenroscándose de la boca de Slytherin. Entonces oyó una voz silbante.
—Mátalo.
El basilisco se movía hacia Harry, éste podía oír su pesado cuerpo deslizándose
lentamente por el polvoriento suelo. Con los ojos cerrados, Harry comenzó a moverse a ciegas hacia un lado, palpando con las manos el camino. Ryddle reía…
Harry tropezó. Cayó contra la piedra y notó el sabor de la sangre. La serpiente se
encontraba a un metro escaso de él, y Harry la oía acercarse.
De repente oyó un ruido fuerte, como un estallido, justo encima de él, y algo
pesado lo golpeó con tanta fuerza que lo tiró contra el muro. Esperando que la
serpiente le hincara los colmillos, oyó más silbidos enloquecidos y algo que azotaba
las columnas.
No pudo evitarlo. Abrió los ojos lo suficiente para vislumbrar qué sucedía.
La serpiente, de un verde brillante y gruesa como el tronco de un roble, se había
alzado en el aire y su gran cabeza roma zigzagueaba como borracha entre las
columnas. Temblando, Harry se preparó a cerrar los ojos en cuanto el monstruo
hiciera ademán de volverse, y entonces vio qué era lo que había enloquecido a la
serpiente.
Fawkes planeaba alrededor de su cabeza, y el basilisco le lanzaba furiosos
mordiscos con sus colmillos largos y afilados como sables.
Entonces Fawkes descendió. Su largo pico de oro se hundió en la carne del
monstruo y un chorro de sangre negruzca salpicó el suelo. La cola de la serpiente
golpeaba muy cerca de Harry, y antes de que pudiera cerrar los párpados, el basilisco
se volvió. Harry miró de frente a su cabeza y se dio cuenta de que el fénix lo había
picado en los ojos, aquellos grandes y prominentes ojos amarillos. La sangre
resbalaba hasta el suelo y la serpiente escupía agonizando.
—¡No! —oyó Harry gritar a Ryddle—. ¡Deja al pájaro! ¡Deja al pájaro! ¡El
chico está detrás de ti! ¡Puedes olerlo! ¡Mátalo!
La serpiente ciega se balanceaba desorientada, herida de muerte. Fawkes
describía círculos alrededor de su cabeza, silbando su inquietante canción, picando
aquí y allá en el morro lleno de escamas del basilisco, mientras brotaba la sangre de
sus ojos heridos.
—¡Ayuda, ayuda! —pedía Harry enloquecido—. ¡Que alguien me ayude!
La cola de la serpiente volvió a golpear contra el suelo. Harry se agachó. Un
objeto blando le golpeó en la cara.

—¡Malfoy déjala! —Gritó Potter al ver que Draco  no soltaba a Rachel.

—¡Primero me muero!

En eso Draco se encogió en una esquina para que nadie pudiera tocarlos.

Eclipse || Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora