Por todo el mundo mágico se hablaba de la salida de un prisionero del cual no dieron nombre había salido, Severus sabia de quién se hablaba, al igual que Lucius.
-Grindelwald, te tengo una sorpresa, no asistirá hoy a clases, ponte algo decente. -Dijo Severus.
Rachel asíntio levemente, y regreso a su habitación para quitarse el uniforme, ahí se puso una falda de paletones negras, un suéter negro de cuello de tortuga y un saco del mismo color, después de eso regreso con Severus.
-Estoy lista... -Murmuro Rachel.
Después de eso se teletransportaron a la mansión Grindelward.
-¿Que hacemos aquí? -Dijo la rubia, entrando con cautela a la fria Mansión.
Ahí dentro, vio a su padre, rápidamente corrió hacia el y lo abrazo.
-¡Papá! ¿Que haces aquí? Pensé que te habían dado tres años de condena.
-Si, así fue... Pero moví mis influencias, y ahora estoy fuera, no podía estar tranquilo sabiendo que un señor te estaba atormentando.
Rachel sonrío y lo abrazo, de tras de Grindelward estaban unos enmascarados, Rachel levantó su mirada.
-Padre... No es necesario que... -Rachel fue interrumpida por su padre.
-Si es necesario, se metieron contigo, eres una Grindelward, vienes de una familia de respeto, y tienen que despertarte.
Rachel se quedó en silencio, solo volvió a abrazar a su padre.
-Me alegra que estés fuera. -Sonrio Rachel.
Todos se encontraban reunidos en una gran mesa, los seguidores más leales de Gellert estaban ahí, Grindelward hablaba de como planeaba vengar el daño que le habían hecho a su hija, Rachel se mantenía en silencio escuchando.
-Mi señor, si me permite, siento que no vale la pena, al fin que su hija se junta con los hijos de seguidores de el, es una...
-¿Perdona, que? -Rachel lo interrumpió.
-Si, me disculpo señorita, pero usted mantiene amistad con personas que sus padres son seguidores de el...
-¿Y? ¿Crees que por eso yo me busqué que literalmente me atormentarán? -Dijo Rachel molesta.
-No, claro que no mi señora... Solo que, usted traicionó a su padre, al igual que lo hizo su madre, juntandose con los hijos de los seguidores de el... Y al final ellos serán lo mismo, unos Mortifagos, y si usted se sigue juntando con ellos, sera una deshonra para la familia Grindelward y para los acólitos.
Rachel en su enojo, azotó la mesa.
-Vuelve a expresarte así de mis amigos o de mi y te aseguró que sabrás por qué llevo en mi sangre el apellido Grindelward.
El enmascarado, solo bajo la cabeza en señal de respeto.
-Perdon, mi señora. -Fue lo único que dijo antes de quedarse en silencio.
Lo que la rubia no sabía, es que en ese momento no había dado señales de una Grindelward, si no más bien de su madre, una Avery, el apellido Avery relució en la rubia en ese momento.