Una mañana soleada, cuando llevaba más o menos una semana en La Malfoy Manor,
Rachel les oyó hablar sobre Hogwarts. Cuando Enzo y ella bajaron a desayunar,
encontraron al señor y la señora Malfoy sentados con todos los niños en la mesa de la cocina.—Han llegado cartas del colegio —dijo el señor Malfoy entregando a Rachel y a los demás sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde—. Dumbledore ya sabe que estás aquí, Rachel; a ése no se le escapa una.
A Rachel le indicaban que
cogiera el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, como de costumbre, en la estación de King's Cross. Se adjuntaba una lista de los libros de texto que necesitaría para el
curso siguiente:Los estudiantes de segundo curso necesitarán:
El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
Después de leer su lista, Fred echó un vistazo a la de Harry.—¡También a ti te han mandado todos los libros de Lockhart! —exclamó—. El
nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo; apuesto
a que es una bruja.
En ese instante, Malfoy vio que su madre lo miraba severamente, y trató de disimular untándose mermelada en el pan.
—Todos estos libros no resultarán baratos —observó Daphne mirando de reojo a
sus amigos—. De hecho, los libros de Lockhart son muy caros…
—Bueno, tampoco es como si fueras pobre — Dijo Rachel recibiendo un golpe de Enzo por el mal comentario.