Tercer año en Hogwarts
Libro: “Harry Potter y el prisionero de Azkaban”Rachel, por orden del profesor Snape tuvo que quedarse en Hogwarts a pasar las vacaciones, o bien, un poco de ellas. Para navidad, iría con los Malfoy. Rachel había aceptado por Snape, pero por ella fuera de hubiera ido a la Malfoy Manor junto a su mejor amigo. Si bien, era muy bien recibida ahí con ellos. Y ella lo sabía.
—Sigo sin entender por qué me quedé, hubiera estado mejor allá con ellos. —Se quejo Rachel mientras ayudaba a Snape con una poción. —Los Malfoy han dicho Miles de veces que soy bien recibida ahí.
—Rachel, querida, lo sé, lo tengo muy claro, pero estás a mi responsabilidad, no a la de ellos, y si los Aurores ven que ellos están a cargo te llevarán a un orfanato, lo sabes. —Dijo Snape mientras revolvía la poción.
—Bueno... Está bien. Pero me aburro aquí. —Musitó Rachel.
—Mira, hace unos días una alumna de Revenclaw dejo un libro aquí, llamado: “Hechizos de belleza” Deberías hacerte un cambio de Look para que no te aburras, práctica bien los hechizos o quedarán mal. —Musitó mientras le entregaba a Rachel el libro.
Rachel frunció levemente el entrecejo y asíntio y se fue de ahí.
Rachel abrió el libro y perfeccionó los hechizos, no quería quedar mal.
Se había cortado su cabellera hacia los hombros, gracias a un hechizo que era como tener metamorfomagia, su cabello lo hizo más platinado, ya no era aquel rubio dorado que tenia, ahora era un poco más grisáceo, se despidió de su cabello ondulado y con un hechizo la hizo completamente liso. Se miró al espejo intentando ver qué más podía arreglar.
—Dios, Pansy y Daphne me matarán. —Musitó al ver que se había desacido de lo que sus amigas tanto amaban de ella, y si, la Greengrass y la Grindelward hicieron las pases.
Frunció levemente el ceño.
—Al carajo, la vida solo es una. —Murmuró la rubia, después de eso. Fue a enseñarle al profesor Snape, quien rio al ver los pocos cambios que se hizo, pero aún así se veía muy bien.