Las horas pesaban en su espalda mientras el anhelado momento se acercaba. Sin embargo, Tessa estaba mas confundida que nunca.
Sus palabras le habían herido.
"Tu no me conoces del todo, Tessa" eso le habia dicho Julian.
Era claro que Tessa no sabía cosas sobre él. Cosas que el mismo Julian habia querido que permanecieran en secreto. Sin embargo, ¿el habia querido decir con eso que no conocía su corazón? ¿Cómo podía? Muchas veces el muchacho se jacto de que "James" (su mas leal asistente), era la única persona en el mundo que lo conocía de verdad. ¿pero dónde dejaba eso a Tessa?
Ella hizo su cabeza para atrás en la silla reclinable mientras miraba hacia el techo
« Si sigo asi voy a volverme loca » pensó.
Minutos más tarde, la hora de salida del trabajo era evidente.
Ella se levantó y se despidió de muchos del personal de la oficina mientras caminaba calles más abajo, y llegaba hasta la casa donde vivía antes. Ella se cambió rápidamente y solo espero. Su antigua casa era el lugar donde sabía que su jefe la alcanzaría. Pues este era un ritual diario. No habían podido aun resolver el asunto de las idas y venidas en transformaciones de James en Tessa. Asi que simplemente se creyó que esta solución era la más viable
Cuando el carro aparco ella subió sin demorar, esperando como lógico encontrar al otro lado a los familiares ojos azules que la acompañaban desde siempre. Sin embargo, no lo hubo. No habia nadie más que el chofer
Ella se aclaró la garganta —¿Dónde está el señor Anderson?
El chofer la miro por el retrovisor —Oh, mi señora, el señor ha informado que se iría aparte, pero que pronto llegaría a casa.
—¿Pronto?— ella miro hacia la ventana— pero anochecerá dentro de poco
—Creo que él sabe eso, mi señora
Ella guardo silencio y se acomodó en el asiento dando por terminada aquella platica.
Asi que cuando llego a la mansión, dos horas después Julian no llego. Mas que sentirse molesta, estaba preocupada.
¿Qué si algo le paso?
Reviso su agenda y noto que no tenia ninguna cita concordada para hoy.
También tomo su celular e intento llamarlo varias veces. Sin embargo, jamás tomo ninguna llamada.
Otras mujeres se hubieran ido a dormir. Otras lo hubieran esperado. Solo unas pocas lo hubieran ido a buscar. Y Tessa, era toda una chica lista.
Su inteligencia y costumbres en estudiar a Julian Anderson habia dado sus frutos. Y lo hayo. Vaya que lo hayo.
Tessa no quería sonar banal y superficial y decir que cualquier tipo de bar donde sirvieran tragos fueran lugares de mala muerte. Pero a ella nunca le hizo gracia el consumo de sustancias que alterarían tu cerebro matándote neuronas. No se crucificaba, ella no era ninguna santa. Pero respetaba la firme decisión de que cada individuo podía hacer lo que se le pegara la gana con su cuerpo. Asi que no dijo nada.
El muchacho estaba en la barra, y estaba surcando por su "quien sabe que numero de copa de vino de la noche"
—¡Pero que irresponsable! —ladro en cuanto lo vio. Si antes no estaba enojada, ahora lo estaba —¿Aquí es donde estabas metido? ¿Cómo se te ocurre? ¿Y no puedes agarrar ni una jodida llamada? ¿Qué tan ocupado se necesita estar para aplastar un botón? ¡Con una coges la copa de vino y con la otra el jodido celular!
Los ojos azules de Julian la veían borroso por el alcohol depositado y aun retenido en su cuerpo y cerebro. La veía como una visión borrosa de lo que más anhelaba su corazón. Una aparición de sus deseos cobrando vida. ¿acaso su cerebro le estaba jugando tan mala pasada?
—¿Tessa?—murmuro — Justo... pensaba en ti y apareciste. — a pesar de estar tomado, Julian aun modulaba bien las palabras. Quizás esa fuera una buena señal de que habia llegado a tiempo
—¿Qué rayos estás haciendo?— decidió preguntar en su lugar al notar que habia ignorado todas sus otras preguntas, y reclamos
El chico voltea a ver hacia la barra, lugar donde descansan todas sus copas vacías. —Pues trataba de olvidar, pero al parecer me has seguido hasta aquí
—¿Qué? ¿de qué hablas? Fuiste tu quien me dijo que te esperara. Jamás faltas a una cita
El chico rio, Tessa pudo haberlo tomado como una burla, pero al ver el rostro tan relajado de Julian solo se quedó desconcertada y con un sentimiento extraño en el pecho. El chico se veía.... Por primera vez... humano. Tan humano. La máscara fría y arrogante caía. ¿acaso esto provocaba el alcohol?
Y en medio de risas y bocanadas de aire soltó —¿acaso te preocupaste? De verdad que eres adorable. ¿Por qué tienes que ser siempre tan condescendientemente adorable? ¿Por qué yo siempre a tus buenas intenciones las malinterpreto todo el tiempo?
—¿Qué?— Tessa se sentía tonta parada en medio del bar tratando de razonar con un tipo del cual la cordura ya lo habia abandonado hace mucho
—Tu no me quieres. —dijo en seco y la risa se le esfumo. Ella no sabia como el podía cambiar de emociones tan rápido.
—¿De qué hablas? Lo quiero mucho. — cedió —Aprecio todo lo que has hecho por mi
El negó y dejo de mirarla —No ese tipo de querer
—¿Entonces de cuál?— lo reto ella a contestar
Sin embargo, Julian no se atrevió a mirarla a los ojos esta vez
—Julian, —pidió ella — salgamos de aquí. Hablaremos en la casa. Justo como lo que querías.
El suspiro —quizás tengas razón... —dijo mirando con tristeza la botella de vino ya vacía junto a sus copas. Se toco la cabeza — he tomado demasiado. Me he excedido.
Tessa pone los ojos en blanco — no me diga, jefe— soltó sarcástica
—Ugh. —Se quejo el chico con ambas manos alrededor de su cara —quizás tengas que ayudarme. Estoy un poco mareado.
—He de suponerlo— contesto ella de regreso mientras se inclinaba hacia el — no es bueno que estés aquí. Jamás ha existido un solo escándalo de ti de este tipo. No puedes empezar uno hoy. Tienes una reputación que cuidar
—Tengo mucho más que perder que solo mi reputación por esto...
—¿Qué más podría perder?
El la miro avergonzado — quizás el respeto y admiración de cierto subordinado mío
—¿Me ve como un subordinado?
—¿No te consideras uno?
Tessa lo pensó mientras ambos se ponían de pie, entonces decidió probar otro camino — No. —dijo y pareció ver decepción en los ojos azules de Julian, sin embargo, este la miro de nuevo cuando la escucho decir –Yo soy tu prometida.
Y asi de fácil, la dicha habia vuelto a el. Asi de fácil era complacer a un millonario.
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Mentira Millonaria
RomanceJulian Anderson es un joven frio, sexy y multi millonario, gran empresario y dueño de varias empresas. Pero la perfección esconde un secreto, bajo todo el exterior se esconde un odio. Se dice que muchas jóvenes han intentado conquistar al millonario...