Capítulo 3

1.3K 78 0
                                    

Julian no era un sujeto sin corazón o sentimientos como todo el mundo suponía. De hecho, las palabras de James lo habían golpeado y afectado mucho más de lo que quería admitir. Después de todo, había llegado a considerarlo y siempre pensó que había algo en el que le gustaba bastante. Asi que, una simple llamada a uno de sus guardias hizo que averiguara a quien había visitado James en el hospital el día de ayer. Quizás podria ofrecer alguna especie de bonificación como contribución a su empleado, una ayuda económica. La única forma en la que el sabia pedir perdón de manera real.

Sin embargo, cuando la llamada llego "¡¿Qué?! ¡¿Cómo que está en el hospital?!" y su voz sonaba alterada por el intercomunicador en busca de explicaciones.

Julian miro hacia su reloj. Quizás su empleado tuvo algún accidente automovilístico de camino a la oficina y por eso aun no había llegado.

"No lo se. solo eso me dijeron señor Anderson, que el joven James Jhonson esta internado aquí. No tengo más informacion"

"¿Internado? Pues averígualo. ¡Ahora! ¡Asi tengas que comprar todo el jodido hospital, pero haz que alguien te de respuestas ya!"

Y sin embargo...

—Buenos días jefe —y allí estaba James. Su asistente. Justo a tiempo en su oficina con el café habitual de cada mañana.

"¿Jefe? ¿sigue ahí?"

Julian parpadeo ubicándose de nuevo en la realidad "Micth" hablo sin entonación alguna en su voz "averigua quien está allí, y mándame un informe de todo. A más tardar hoy." Y solo entonces, colgó.

Tessa lo miro preocupada —¿Ha pasado algo? ¿se encuentra usted bien?

Él se aclaró la garganta —Ya sabes, solo otra prometida — y lo dijo porque era una excusa bastante creíble.

—Mis condolencias —bromeo... ¿James?

Julian lo miro con sumo cuidado mientras este se paseaba de forma rutinaria por toda la oficina realizando los pendientes de la mañana. Y luego este se marchó a su respectiva sala de trabajo.

Quizás solo era un error. Quizás había otro James en el hospital. Después de todo, seguramente debían existir más nombres y más apellidos como el suyo que coincidían. Muchos debían compartir aquel apellido. Creyó que lo estaba sobre pensando demasiado, pero... cuando llego la informacion completa a su celular algo en él se contrajo en un sentimiento de burla y traición.

Y algo de lo que estaba seguro él, es que Julian Anderson no era un hazme reír.

***

Cuando Tessa fue llamada a la oficina del jefe no creyó que hubiese algo diferente. Siempre solían citarla bastante seguido requiriendo algo. Julian era exigente, bastante demandante con cualquier cosa que quisiera en el momento.

Asi que cuando ingreso y lo vio sentado en su silla, sus ojos azules la miraran más detenidamente que nunca.

—James— pronuncio su nombre como de costumbre

—Si jefe, ¿Qué necesita? —dijo revisando su libreta, a lo mejor había olvidado hacer algo, algún pendiente del dia que no vio.

En la mente de Julian, el solo pensaba ¿Cómo había podido engañarlo durante tanto tiempo? O él era ingenuo, o ella bastante estúpida. Porque ahora, ella estaba en sus manos, podía hundirla en cualquier momento, y tenía todos los motivos y medios para hacerlo.

—Dime, ¿te ha servido tu engaño?—pregunto con frialdad

La sonrisa antes plasmada en su rostro se desvaneció —¿disculpe?

—¿Juegas conmigo? ¿O es que alguien te ha mandado a hacerme esta broma? ¿Cuánto te han pagado?

Tessa no entendía —¿Esto es por lo que le dije ayer? No fue mi intención ofenderlo.

—¿Ayer? —soltó un bufido —Nadie habla de eso. —lo pensó —aunque quizás está relacionado

—No entiendo de que...

—Nunca creí que James Jhonnson fuera en realidad una mujer

Entonces ella sintió que todo el peso del mundo se le venía encima

Al principio trato de negarlo, murmurando cosas que no eran entendibles para nadie. Pero al ver que no lo convencía... y que el ya sabía toda la verdad, había aceptado su derrotada. La farsa había caído. Ella no fue lo suficientemente buena para mantener aquello.

—Lo que quiero saber, "James", o como prefieras que te llamen, es, ¿Qué pretendías?

Ella no dijo nada.

—¿Qué buscabas? — entonces Julian se levantó molesto de la silla. La burla en su voz había desaparecido para dejar una de intenso odio —Eres igual al grupo de mujeres que se me acercan en busca de mi dinero. Para ver que tanto pueden raspar y sacar de mi

« ¿Qué? No... no era eso lo que ella quería, no era... »

Pero no pudo decir nada

—Estas despedida.

Quizás ya no había esperanza

—¿Qué...? Pero... No... no puede... Ser mujer no me quita el mérito de mi trabajo. Y sí. Usted quería en el puesto a un hombre, pero he realizado cada actividad que se me ha asignado y la he hecho a la perfección sin importar mi género. Despedirme ahora seria...

—¿Es que no entiendes? Quiero que te largues. — hablo fríamente —no necesito ningún tipo de relación con aprovechadoras.

—No soy una aprovechadora— contesto ella a la defensiva

Él se burla —¿Acaso niegas que estas aquí por mis millones? ¿Fue tu plan desde el inicio? ¿La forma de acercarte a mí? ¿De robar mi corazón? ¿una chica tan fea como tú?

Entonces, tantos desplantes y calumnias hirieron su orgullo. ¿Quién querría su corazón de todas formas?

—Eres un idiota. —soltó, olvidándose ya de todas las formalidades y palabras amables.

Y el cuerpo de Julian duda, prácticamente se congela en el lugar. Nadie nunca le había dicho algo asi —¿Perdona?

—Si. Eso es lo que es usted. —y los ojos de ella también podían ser hielo —Si me voy a ir de aquí. Si me vas a despedir. Al menos me iré de aquí diciéndole unas cuentas verdades.

—...

—Eres un idiota -repitió

—Eso no es...

—¡Tienes allá afuera a un equipo increíble! —dice señalando hacia atrás —Unas personas que dan su mejor esfuerzo, que te admiran, pero que cada progreso que hacen tú lo tomas y lo echas a la basura como si no fuera nada, en vez de tan solo decirles "Felicidades. Eso ha sido genial. Buen trabajo"

—...

—Porque lo han hecho ¿sabes? Cualquier actividad, lo han hecho por ti. Confían ciegamente en tu liderazgo y conocimientos. ¿Pero cómo pueden seguir a un líder que no confía en ellos? Y sí. Eres un idiota.

—Basta. Eso es...

—También me parece tonta la idea de abrir una vacante donde no se admiten "chicas" —prosiguió rápidamente sin darle espacio a sus palabras, pues aún tenía mucho por decir —Yo soy una chica. —se señaló —Y estoy orgullosa de serlo, he hecho un trabajo excepcional en todos estos meses. No soy de darme aires de grandeza, pero siempre he sido la mejor en lo que hago, con esfuerzo y sacrificio. Soy responsable. Y si tu despido va a ser solo por esa estupidez de que no soy un chico, entonces ya enloqueciste, Julian Anderson.

Este se acerca, acortando sus distancias por fin, y su rostro cada vez más cerca del suyo. Y Tessa puede sentir claramente su aliento en sus labios —Tessa, — dice mencionando por primera vez su nombre, —o como sea que te llames. Eres una mujer, de lo más loca —entonces la besa.

Mentira MillonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora