Capítulo 27

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 ¿Julian y Tessa estaban enamorados?

Cuando el reloj marco las nueve el señor White caminaba por su gran mansión con gesto impasible. A ojos de cualquiera definirían al tipo como alguien de la vieja escuela, sereno, pero con voz firme cuando hablaba. Le gustaban los temas como política, finanzas, exportaciones, macro- economía, ganadería entre otras. Un gran hombre de mundo que pertenecía a eso. Bastante ajeno al apego físico. A sus hijos nunca les falto nada, sin embargo no era del tipo de persona que daba besos o abrazos. De joven, tenía días fijos donde sacaba a sus hijos al cine, lugar donde con unos audífonos el prefería ponerse a escuchar la radio o las noticias, mientras sus hijos miraban la pantalla.

Por esa razón, Romina White creció con una idea falsa de lo que era el mundo, no tenía inconveniente en creer que todo le pertenecía, y tampoco mucho apego por las personas. Sin embargo, siempre creyó que la emparejarían con él. Todo de cuanto siempre estuvo segura en su vida fue el.

—¿Acaso mi fortuna no le pareció suficiente?

Adam dio un sorbo a su vino —trate de emparejarlo con muchas. No te sientas mal. Las rechazo a todas

Ella hizo una mueca — yo no soy todas. —dijo quejándose con ambas manos en sus caderas.

—Rechazo modelos

Ella lo miro con furia renovada —¿insinúas?

Adam se sonrojo — oh no. Nada. No me atrevería a opinar nada sobre los cuerpos de nadie. Yo...

Una mujer llamo la atención al muchacho —Si me disculpa, mi esposa acaba de llegar. — entonces se marcho. Logrando asi conseguir un escape a su interrogatorio.

Entonces Romina se quedo sola en la estancia esperando a que el joven Julian Anderson llegara.

Después de años de asumirse que odiaba a las mujeres, por fin iba a desposar a una. Una que no era ella.

No era justo. Ella estaba segura que seria la elegida, a quien el más amaría, ganándose su afecto, ¿Por qué siempre anhelaba el amor de quienes la rechazaban? Quizás sea un defecto que venía de familia

Sus ojos mieles recorrieron todo el piso de abajo en busca de sus mas recientes invitados.

No pudo evitar compararse con la mujer que colgaba de su brazo. Una persona de lo mas corriente. No tenia porte de modelo. Ni cuerpo de una. No cargaba los colores del sol en su rostro. No como ella. ¿entonces que le había visto?

Apretó sus manos en el barandal del segundo piso.

Pero ya la conocerían. Una presentación amigable. Una que no olvidaría el joven millonario Julian Anderson

Se soltó el cabello y se ajusto el escote de su vestido.

« Soy mas tentativa que una jodida manzana. » se dijo

Y sospechaba que Julian seria peor que un Adán.

Lo miro como quien habia escogido a su presa « Tu serás mío »

***

-Un gusto saludarlo, ¿no es esta una esplendida noche? En especial para lucir a nuestras mujeres — hablaba un hombre de nariz respingada, la mujer a su lado se revolvió incomoda. —Son una buena compañía para resaltar al hombre, con su esplendida belleza

Tessa frunció el ceño, no le parecía un bonito cumplido para alguien. Para nadie. Ese hombre estaba hablando como si sacara a pasear a su mujer para lucirla como un objeto. ¿un objeto para presumir?

Mentira MillonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora