Mentira Millonaria

Capítulo 48

Y ahí estaba el, Julian Anderson.

El famoso hombre millonario, del cual se decía tantas cosas, frio, y mordaz como era, y su mirada de hielo que podía a congelar a cualquiera.

Desde aquel primer dia que Tessa lo vio cuando ella se presentó en aquella entrevista de trabajo, se dio cuenta de que el físicamente no habia cambiado nada, sin embargo, otras cosas si, ahora sus ojos azules demostraban una nueva emoción cuando la veía; afecto. Aún estaba esa astucia y cautela en sus ojos grabada, pero el otro sentimiento se leía por encima de todo. Y verlo esta vez fue diferente, no como dos completos extraños con la guardia alta como aquel dia, sino como una relación evolucionada, nuevos sentimientos encontrados entre ellos dos, y aquella misma mirada que son capaces de tener las parejas. Aquella que se puede decir muchas cosas, sin siquiera decirse nada.

—Soy James Jhonnson, — saludo el chico acostado en la camilla de al lado — es un placer conocerlo por fin

El joven empresario lo miro de regreso y sonrió por lo bajo — me alegro de ya no ser un secreto — se acercó hasta él y le tendió la mano. Un saludo formal.

La interacción era extraña.

—Siento decirle que usted jamás fue un secreto. Mi hermana en su momento me conto lo ocurrido hace ya mucho tiempo. Lo único que no me habia confesado aun, es que se fue a vivir con usted, y por supuesto sobre los nuevos sentimientos recién descubiertos en usted y quizás en ella

«¿Quizás en ella? » pensó Julian con una sensación en el pecho

—Pero ella ya ha emendado eso. Y ahora lo se todo.

—Es un placer por fin conocer al chico que se supone trabaja para mi

—Mi hermana a veces... tiende a hacer locuras — confeso como excusa

La chica se sonrojo sin decir una sola palabra.

—Tessa es, intrépida. —coincidió Julian

—Audazmente loca —acepto su hermano

Julian sonrió incomodo

—Y aun asi, es una de las personas más listas que jamás conocerás — prosiguió James

Entonces él estuvo de acuerdo con eso — y si tú eres su hermano, seguro eres igual. Tu hermana tiene más talento en un dedo que muchas personas que conozco en todo su cuerpo. Es una gran trabajadora. Cuando llego solo le faltaba precisión, y creo que he sido un buen guía para eso. Pero puedo decir que ella hizo el trabajo que muchos no pudieron. Que ni siquiera se acercaron.

—Entiendo. Pero no me hable mas de trabajo. Me gustaría conversar como humanos normales que comparten un vinculo familiar. ¿quiere de verdad ser mi cuñado?

Tessa se sonrojo mirando a su hermano con ojos muy abiertos. El no tenía porque ser tan directo con el tema. Luego regreso a mirar en Julian con un poco de pánico y curiosidad por su respuesta y reacción.

—¿Me darás tu bendición?—inquirió su jefe con control absoluto

—No necesitas mi aceptación en realidad, — soltó James — solo necesitas la de ella —dice mirándola — si ella te quiere, no necesitas nada mas.

—Lo entiendo. sin embargo, tu le importas mucho. Y se que ella seria mas feliz mientras tu estés de acuerdo también. Eres la única familia que tiene, y ella valora ese concepto

—¿Tu no?

—Nunca he tenido una que sea un buen ejemplo en realidad—admite el

Y Tessa lo mira con pesar. Normalmente Julian no hablaba mucho de su pasado. Y aun trataba de descubrir cual era su secreto. Aquello que guardaba con tanto recelo y odio.

—La historia de mi familia también es de dudosa procedencia. — soltó James —Mi madre bilógica un dia se cansó de mi y me abandono. La madre de Tessa nos crio a los dos. Y mi padre me amo. Quizás no has tenido la misma suerte que yo. Pero cuando otras personas me abandonaron, otras me acogieron demostrándome que los lazos de sangre muchas veces se crean. Mas aun cuando no naces con ellos.

Tessa pensaba que un sujeto como Julian Anderson evitaría el tema, quizás se tensaría, quizás sentiría que no tendría que hablar con problemas personales con un completo extraño, pero al contrario de todos sus pensamientos. Y desafiando toda acción lógica.

Julian tomo asiento — ya le he contado más o menos a tu hermana la historia de mi vida. No es un secreto para nadie que conocer el concepto del amor y comprenderlo siempre me ha creado controversia. Pero Tessa es el mejor ejemplo de un amor incondicional que he conocido de primera mano. Lo veo en sus ojos cada vez que habla de ti. Y me he atrevido a pensar que quiero eso. Ella me ha hecho desear eso.

—Mi hermana ha arriesgado mucho por mi. No es que me sienta cómodo con ello. Pero yo nunca he conocido a nadie que ame como ella. Creo que todos estamos lejos de ser perfectos, pero creo en los nuevos comienzos — lo mira, sus ojos ambarinos parecen el nacer de un nuevo dia — es un placer conocerte por fin, Julian Anderson.

El muchacho asintió —lo mismo digo

—Y para la próxima, no necesitas mandar cincuenta rompecabezas — sonrió por lo bajo al ver la pila de la esquina

Julian asintió — no quería fallar en nada, asi que mande de varios, panoramas, animales, y ciertos personajes famosos.

—De todas formas, deja las excentricidades para alguien mas

—Lo hare.— le prometió

Entonces, sus ojos azules volvieron a ella —espero puedas perdonarme. Jamás he amado a nadie, voy a cometer miles de errores hasta aprender a hacerlo bien. Pero cada persona, le enseña a su pareja como quiere ser tratada, me encantaría saber que es lo que a ti te gusta, y yo prometo hacer cualquier cosa para que te enamores de mi. Quiero ser alguien digno de llamar esposo.

Ella escucho muchas cosas, pero la palabra que mas se le quedo en la memoria fue...—¿Amar?

—Lo hago — sus ojos se ablandaron — Te amo, Tessa Jhonson

Su boca se congelo al escuchar aquella confesión. Aquella que determinaba un antes y un después

—¿Crees que pueda tener esta oportunidad?

—Pero... ¿Qué hay del contrato que firmamos? ¿el contrato de matrimonio falso?

El negó — Tessa, de eso quería hablarte, — saco el documento que habia tenido guardado en el maletín todo este tiempo, y luego de abrirlo procedió a romper cada uno de los papeles frente a ella — eso se acabo.

—Pero... ¿que? ¿Qué has hecho?— pregunto estupefacta — esos papeles eran tu seguro

—No necesito un seguro.

—Pero...

—Desde ahora, —la miro con intensidad —todo será real.